Mientras degustaban un menú especial y bastante caro que incluía ojo de bife asado con papa rellena, Macri - como era de esperar- despotricó contra los gremios y el conjunto de la docencia que vienen enfrentando los ataques y el ajuste del Gobierno de la provincia de Buenos Aires y también en otras provincias donde dirige el kirchnerismo.
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"Los docentes no hacen autocrítica", dijo, y llamó a "evaluar la calidad de la educación". También reconoció que "todos los docentes deberían ganar muchísimo más, pero el tema es cuánto pueden pagar las provincias". En este punto, el presidente dejó ver que tiene “algunos baches de información”, y cuando la reconocida conductora le preguntó cuanto ofrece la provincia (de Buenos Aires), respondió con algunos titubeos: “Ofrece la inflación”. Ante la duda de la conductora de cuanto están pidiendo los gremios, el presidente se sinceró y afirmó que eso no lo sabía.
Como ya viene siendo la costumbre del Gobierno, Macri cargó toda la responsabilidad en los maestros. Se refirió a los resultados del Operativo Aprender, que fue implementado el año pasado e indicó que “la mitad de los que entran en 1er grado no terminan el secundario”.
“Acá lo que hay que hacer es sentarse en una mesa y evaluar la calidad de la educación. Cambiar los programas de capacitación docente, cambiar las escuelas de formación docente. Somos el único país que en diez años no mejoró en una sola materia. La Argentina no mejoró en nada y estos señores siguen hablando, no hacen una autocrítica”. Continuó el presidente, quien además, haciendo gala de su cinismo, mostró una foto de Hiroshima para criticar los paros docentes.
¿Quién destruye la educación pública?
De lo que no hablan ni Macri ni Vidal es que la responsabilidad del estado de vaciamiento en la que se encuentra la educación pública es de ellos mismos, y de los gobiernos anteriores.
Macri- cuya hija Antonia asiste al Liceo privado Jean Mermoz , donde la cuota mensual excede el salario inicial docente y es de $ 10900- habló de la cantidad de estudiantes que migran a las escuelas privadas. Pero se “olvidó” de mencionar los millones que destinan a la educación privada (se calculan en unos $ 15.000 millones, además de lo “ahorrado” en exenciones impositivas a escuelas católicas).
Ni Macri ni Vidal hablan tampoco de los días que se pierden por las pésimas condiciones de infraestructura en las miles de escuelas de toda la provincia y en todo el país y la reducción del presupuesto para Educación en Buenos Aires en un 3,2 %. Este recorte implicó, por ejemplo, la no construcción de 998 escuelas secundarias o de 1.764 jardines de infantes. El presupuesto de 2017 para Educación es el más bajo en 23 años.
Redoblar la lucha para frenar los ajustes y ataques del gobierno y ganar esta pelea
Mientras viven con sueldos de cientos de miles, este gobierno de y para ricos y poderosos quiere condenar a los docentes a vivir con salarios por debajo de la línea de pobreza, y hacer “buena letra” demostrando al Banco Mundial que están dispuestos a achicar el gasto público a costa de pagar jubilaciones y salario de miseria.
Cuando arranca la tercer semana de lucha, entre las y los docentes se extiende la bronca y el descontento. Al ser una paritaria testigo, el conjunto de la docencia, con un millón de trabajadores, puede convertirse en ejemplo de lucha contra los ataques de Macri, Vidal y el conjunto de los gobernadores.
Hay que redoblar la batalla en defensa de la educación pública y por todas las demandas. Esta preparación implica construir la mayor unidad contra los ataques del gobierno, pero sin depositar ninguna confianza en dirigentes como Roberto Baradel, que siempre estuvieron dispuestos a entregar la lucha en la mesa de negociación.
Es necesario desarrollar con todo la organización y la fuerza de los docentes en la pcia de Buenos Aires y en todo el país, nacionalizando el conflicto, para imponerles a los dirigentes un plan de lucha construido de abajo hacia arriba, que sea capaz de ganar esta batalla. |