En las elecciones francesas del 23 de abril competirán 11 candidatos. Pero hay dos, Benoît Hamon y Jean-Luc Mélenchon, que dicen acaparar el espacio por izquierda en una elección reñida entre la derecha y la ultraderecha. En muchos aspectos, en relación con la Sexta República, la derogación de la Ley laboral, la redefinición de ciertas normas de la UE o incluso de la transición energética, el programa de France Insoumise y el de Hamon se parecen bastante.
El candidato socialista, Benoît Hamon a quien las encuestas le otorgan un 15% de intención de voto, trató el domingo de relanzar su campaña al Elíseo con un mitin en París en el que pronunció un discurso de una hora y media lleno de críticas a sus rivales y con guiños al actual Gobierno y al jefe del Estado, François Hollande, quien no le perdona no haber votado por la reforma laboral en el Parlamento.
Rodeado de 20.000 personas en la sala de deportes de Bercy, el ganador de las primarias del Partido Socialista, que derrotó al favorito exprimer ministro Manuel Valls, se presentó como el aspirante "de una república social y ecológica".
La supuesta protección del modelo social francés, la creación de 40.000 puestos de docentes, la reducción de la energía nuclear y la renuncia a los vehículos diesel en el horizonte de 2025 fueron algunos de los puntos que desgranó. También se refirió a la protección de la industria francesa, a la que prometió reservar el 50 % de los contratos públicos, en un claro guiño a los empresarios nacionales que amasan fortunas con sus negocios con el Estado. En concreto, propone que el 50 % de las licitaciones que lancen las administraciones públicas del país estén reservadas a las pequeñas y medianas empresas francesas.
Además, y aunque parezca broma, el "diputado rebelde" planteó que los bancos pueden tener una suerte de “rol social”, ayudando a salir de la crisis. "Quiero, planteó el candidato, que los bancos a los que colectivamente ayudamos a sobrevivir durante la crisis participen en la salida de la crisis", reconociendo el enorme rescate que realizó el Estado al sector financiero mientras crecía el desempleo y el trabajo precario en la población.
En el acto se encontraban presentes la ministra francesa de Educación, Nadjat Vallaud-Belkacem; la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, y el economista que quiere humanizar al capitalismo, Thomas Piketti, Hamon se refirió a los socialistas que han abandonado su candidatura para unirse a la del socioliberal Emmanuel Macron, mejor situado en las encuestas.
Sin nombrarlo, criticó a Valls, quien no apoya su candidatura, ya que en una columna publicada el domingo por el semanario "Le Journal du Dimanche" atacó duramente el programa de Hamon.
El candidato rindió homenaje a Hollande, pero también al actual jefe de Gobierno, Bernard Cazeneuve, ese que encerraba refugiados en el campo de Calais, y al titular de Defensa, Jean-Yves Le Drian, que, según varios medios, está a punto también de unirse a Macron.
Pero las críticas más duras se las reservó a Macron, quien tendría buenas chances en la segunda vuelta, al conservador imputado François Fillon y a la ultraderechista Marine Le Pen.
"El partido del dinero tiene muchas caras, muchos candidatos en esta elección", aseguró Hamon, quien criticó los programas de sus tres principales rivales. "Sus programas liberales son los que hacen prosperar la extrema derecha en toda Europa y no serán los que le frenen en Francia", afirmó.
En referencia a la seguridad, el candidato socialista aseguró que Francia, como única potencia nuclear de la Unión tras la salida del Reino Unido, afianzará esa arma de disuasión, pero pedirá que su gasto no compute a la hora de calcular el déficit de cara al pacto de estabilidad.
Sobre los problemas judiciales de Fillon por presunta malversación de fondos, Hamon aseguró que propondrá una ley que solo permita concurrir a las elecciones a personas sin antecedentes penales.
Juntando las migajas de lo posible
Por su parte, el candidato de “Francia Insumisa”, el exsocialista Jean-Luc Mélenchon, quien plantea una suerte de Podemos “a la francesa”, también realizó un acto el sábado con alrededor de cien mil personas en la plaza de la República, en París. El eurodiputado del reformista Front de Gauche (Frente de Izquierda, alianza con el PCF y otras corrientes de izquierda) intenta capitalizar el espacio por izquierda frente a la debacle del socialismo que se retira con el presidente menos popular de la V República. Aunque fue un golpe el triunfo de Hamon en las primarias frente a Valls, al perder un sector de votantes que se inclinaron por el socialista, aún sigue peleando un lugar entre los primeros cinco.
Las encuestas lo van acercando al cuarto lugar, disputado con Hamon, por lo que el “duelo de mitines” del fin de semana, demostró el enfrentamiento entre ambos candidatos.
Sin embargo, ambos plantean sólo algún tipo de reformas al sistema, como plantea Mélenchon a través de un impuesto universal a las ganancias del sector financiero o la reducción de la energía nuclear, en el caso del devenido ecologista Hamon.
Ciertamente, ninguno de los dos candidatos que intentan representar el espacio de izquierda plantea una salida de fondo para el conjunto de los trabajadores, los jóvenes, las mujeres, y de todos aquellos que sufren el desempleo masivo, los bajos salarios y la represión policial del gobierno “socialista” contra la que salen a protestar miles de personas a las calles.
Para luchar por los derechos de los sectores más explotados y oprimidos de la sociedad, contra el desempleo masivo, contra todas las formas de racismo y xenofobia, la verdadera alternativa por izquierda es la candidatura de Philippe Poutou, obrero de la fábrica Ford y miembro del NPA (Nuevo Partido Anticapitalista), que expresa un programa que prepara las luchas por venir. |