Imagen: Delegación boliviana luego de la réplica en La Haya
Foto: ABI
Ayer martes 21 de marzo a solo dos días de la conmemoración de la Guerra del Pacífico, el gobierno boliviano entregó a la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya el alegato que avanza un paso más en la demanda al Estado chileno por la cuestión marítima. La entrega se vio tensionada por la detención de siete funcionarios de la aduana nacional de Bolivia y dos militares que acompañaban las acciones de control aduanero en la frontera boliviano-chilena que, según la presidenta Michelle Bachelet, estarían “robando” camiones con mercadería en territorio chileno. Esto fue denunciado por fuentes gubernamentales en Bolivia arguyendo que la detención se habría producido violando la soberanía de Bolivia en momentos en que se estaban realizando incautaciones de mercadería de contrabando.
Imagen: Militares que realizaron la inspección de la frontera con Chile (Ministerio de Comunicación)
Más allá de lo anecdotario de los sucesos, lo cierto es que la ofensiva política y diplomática del gobierno de Evo Morales en la cuestión marítima se da en momentos donde el Estado chileno ante la proximidad de las elecciones enfrenta un desgaste importante tanto del gobierno como de la oposición; las encuestas expresan que no hay candidato con sólidas intensiones de voto. El desarrollo de importantes procesos de movilización y de luchas como fueron antes los portuarios, los estudiantes y en estos momentos la prolongada lucha de los trabajadores mineros de la Escondida está dando lugar a un cierto nerviosismo de personeros del gobierno trasandino que se refleja en el endureciendo de su política exterior y tensionando aún más las relaciones entre ambos estados.
Por otro lado el gobierno de Evo Morales pretende aprovechar la situación diplomática actual para usarla en la disputa interna para facilitar su reelección. De producirse un fallo favorable en la CIJ que obligue al Estado chileno a “negociar” una salida soberana al Pacífico a Bolivia, más allá de sus posibilidades reales de que se materialice esta negociación, un fallo semejante implicaría un importante logro diplomático del gobierno boliviano ya que significaría por parte de la CIJ el reconocimiento de que Bolivia no solo tiene una aspiración marítima sino sobre todo un “derecho” que estaría respaldado por una sentencia.
En estos momentos, en que las clases dominantes de Chile y Bolivia, y más atrás el Perú, discuten como juegan con la carta marítima para sus necesidades y fines internos, debemos seguir el ejemplo de los trabajadores mineros de la Escondida en Chile y de Cerro Verde en Arequipa, Perú, quienes los últimos días se han dado muestras de mutua solidaridad obrera en la lucha contra los intentos de hacerle pagar la crisis a los mismos trabajadores. Solo la unidad de los trabajadores y pueblos de los tres estados podrá encontrar una salida progresiva ´para las grandes mayorías explotadas y oprimidas de los tres países. Desempolvar la consigna de los años 30, de pelear por una Confederación de Repúblicas Obreras del Pacífico (CROP) en el camino de la Unidad Socialista de Latinoamérica es una tarea actual y urgente de los trabajadores en lucha contra las clases dominantes locales que cultivan el chauvinismo y patriotismo mientras entregan la economía y los recursos naturales a la voracidad del capital extranjero y del imperialismo. |