Caí en el infierno, ahí estaban, como congelados, como acariciándose,
Los dos demonios, su teoría, la del presidente de los submundos y las veintidós mil mentiras de Centurión
acariciándose, los verdaderos demonios, que no disimulan
negándose a la realidad, el presidente , no viendo el fuego que quema, la caída
del cielo iracundo de su padre, del paraíso contratista, al infierno público de la realidad
de docentes bestiales, que hacen temblar la tierra, como engendros de un mal mayor.
Ahorcando suavemente a Centurión, fueron seis mil, no ocho mil Centurión…
El presidente suspendido en el infierno, los verdaderos demonios que lo aturden
su amigo demonio Centurión que se desentiende y aquellos gritos que caen como una lluvia ácida en la mentirosa humanidad de los dos demonios :
Fueron 30000 y Fue un Genocidio.