Foto: Le Pen en el acto del domingo por la tarde en Lille (EFE)
Una vez más, las elecciones presidenciales en Francia no dejan de sorprender. La campaña de cara al 23 de abril está atravesada por todo tipo de escándalos y denuncias entre sus principales candidatos. Y este fin de semana tuvo otro giro. La candidata de la ultraderecha Marine Le Pen y François Fillon, de la derecha republicana, denunciaron al gobierno de François Hollande de espionaje, al realizar escuchas telefónicas sobre ambos candidatos.
Así es que el lunes temprano tuvo que salir rápidamente el oficialismo a responder las acusaciones. El Gobierno denunció un intento de "manipulación" tras las acusaciones de Fillon y Le Pen, de que han sido colocados bajo escucha.
En un comunicado, el ministro de Justicia, Jean-Jacques Urvoas, subrayó que desde la llegada el poder de Hollande en 2012, "el Gobierno no interviene de ninguna manera en los procedimientos judiciales". Urvoas hizo hincapié en que las interceptaciones de comunicaciones "son actos de investigación cuya puesta en marcha depende únicamente de la decisión de los magistrados independientes encargados" de la instrucción.
Por eso calificó de "fantasiosas" y "singulares" las palabras de Fillon y Le Pen, que estos últimos días han dicho que les parece probable estar siendo objeto de escuchas.
En ese sentido, el titular de Justicia señaló que "cualquier afirmación" sobre las supuestas escuchas es "en el mejor de los casos pura especulación, y en el peor, la voluntad de manipular la realidad". "Ese tipo de comportamientos esconden mal el rechazo evidente a rendir cuentas ante la Justicia", agregó, en referencia a que tanto Fillon como Le Pen son están bajo investigaciones judiciales que, en el caso de Fillon, casi lo dejó fuera de carrera.
Fillon, imputado sobre todo por los empleos ficticios para su esposa y dos de sus hijos, ya había reprochado a Hollande estar detrás de las filtraciones periodísticas que en enero originaron la instrucción judicial y ha pedido que se investigue lo que calificó de "gabinete negro" al servicio del jefe del Estado.
En medio del escándalo, Le Pen se reunió con Putin
En medio de este escándalo y con el antecedente norteamericano de denuncias de injerencia de Rusia en la campaña electoral de Donald Trump, Putin recibió el viernes 24 a Marine Le Pen, oficializando su apoyo a la candidata de ultraderecha.
"De ninguna manera queremos influir en los acontecimientos (el proceso electoral), pero nos reservamos el derecho de hablar con los representantes de todas las fuerzas políticas, como hacen también nuestros socios incluso en Europa y EEUU", dijo Putin al reunirse con Le Pen, según informó el Kremlin.
"Rusia otorga gran importancia a sus relaciones con Francia, y tratamos de mantener relaciones iguales tanto con representantes del actual Gobierno como de la oposición", añadió el líder del Kremlin. Y agregó que "Sería muy interesante intercambiar con usted (Le Pen) puntos de vista acerca de cómo se desarrollan nuestras relaciones bilaterales y sobre la situación que se vive en Europa. Usted representa a un espectro de fuerzas políticas europeas que se está creciendo bastante rápido", dijo Putin, en clara referencia al desarrollo de las derechas euroescépticas y xenófobas, como el Frente Nacional que ya agita el fantasma de un referéndum para salir de la Unión Europea.
Le Pen planteó ante la Duma (el Parlamento ruso) que "Los problemas que afronta Francia en la actualidad pueden ser resumidos en lo siguiente: Francia ha dejado de ser un país soberano", alegando que su país ha delegado parte de sus poderes en la Unión Europea.
Sobre las sanciones a Rusia por la crisis ucraniana y la anexión de Crimea manifestó: "No creemos ni en la diplomacia de las amenazas ni en la diplomacia de las sanciones que, lamentablemente, en el último tiempo la Unión Europea aplica con cada vez más frecuencia en relación a Rusia y a sus propios miembros". La candidata a la presidencia francesa ha visitado Moscú en varias ocasiones y en su momento apoyó la anexión de Crimea en 2014.
Sin nada que envidiarle a la retórica antiinmigrante de Trump, Le Pen también recalcó que Francia y Rusia deben esforzarse para hacer frente a la globalización y a lo que llama el “fundamentalismo islámico”, que señaló como las dos mayores amenazas que afronta el mundo. Y este domingo en un mitin en Lille, al norte del país, afirmó que si es elegida presidenta de Francia la Unión Europea "morirá", porque, a su juicio, "la gente ya no la quiere".
Si bien hoy la xenófoba Le Pen encabeza las encuestas para la primera vuelta, no pasaría la segunda ronda el 7 de mayo. |