Javier Corral, gobernador de Chihuahua por el Partido Acción Nacional (PAN), aseguró que su gobierno tiene poca fuerza para enfrentar al crimen organizado.
Ante el reciente asesinato de la periodista Miroslava Breach, esto es sin duda un intento de justificar que la violencia provocada por el narcotráfico o el asesinato la comunicadora, se da en el marco de la poca fuerza que tiene el gobierno para enfrentar al crimen, pues con las policías municipales son insuficientes, pues para Corral la solución sería pedir refuerzos federales, avanzando con esto la militarización de la entidad.
Detrás del asesinato de Miroslava Breach se encuentra toda la persecución a periodistas, por parte no sólo del crimen organizado, si no del Estado. Periodistas que dan a conocer la verdad acerca del nexo que tienen los gobiernos con el crimen organizado, que evidencian toda la podredumbre de este Estado que encuentra profundamente involucrado en la distribución de las drogas y que persigue, tanto a periodistas, como mujeres y jóvenes.
Recordemos que Chihuahua ha sido uno de los estados del país donde más se militarizó desde que la guerra contra el narcotráfico, que ha causado miles de muertes, desaparecidos, desplazados que buscan salir de la zona de conflicto.
Por eso, para Javier Corral es necesaria más policía federal, no porque estén dispuestos realmente a "enfrentar" el narcotráfico, sino para seguir persiguiendo a periodistas, jóvenes y mujeres, pues de lo que se trata es de censurar a aquellos que cuestionan y protestan contra las medidas del gobierno.
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Aunque las cifras que ha arrojado el gobierno de Corral desde que asumió a fines del año pasado son catastróficas -con 768 homicidios, 315 violaciones y mil 394 que han sufrido lesión durante algún suceso ilícito-,quienes denunciamos el constante ataque y asesinato a periodistas, así como los que denunciamos las podredumbres de este sistema y nos organizamos para que las calles vuelvan a ser nuestras, no creemos que la solución son más policías y militares en las calles, pues se sabe que son los principales implicados en estos crímenes contra periodistas, jóvenes y mujeres, son a cargo de los gobiernos y partidos del régimen.
Una vez más, la violencia trata de verse como un problema de seguridad, vinculado a la cuestión de las drogas, de grupos criminales que no se pueden enfrentar por su aparato bélico y por eso la necesidad de militarizar. En realidad es una política dictada desde Washington, puesta en marcha por los mismos a los que les sirve el feminicidio, no sólo como control social, si no para asegurar sus ganancias, tanto legales como ilegales.
Para enfrentar estos hechos aberrantes, donde el gobierno junto con el crimen organizado persigue periodistas, apoyado en una supuesta guerra contra el narcotráfico, hay que pensar en la unidad con los miles de periodistas y trabajadores de la comunicación que enfrentan esta situación en el país. Las centrales sindicales que se reclaman opositoras, organizaciones políticas y de derechos humanos, junto a jóvenes mujeres y trabajadores, tienen que salir para que el caso de Miroslava y cientos más no queden impunes. |