Lilian Tintori, esposa del opositor venezolano Leopoldo López que se encuentra encarcelado, fue recibida en la Casa Rosada -sede del Gobierno argentino en Buenos Aires- donde el jefe de Estado insistió en la necesidad de que se cumpla con un calendario electoral en Venezuela y pidió por la liberación de los presos políticos, según un comunicado de la Secretaría de Derechos Humanos argentina.
La esposa de Leopoldo Lopez llegó al país junto a su suegra, Antonieta Méndez de López, para reunirse con autoridades de los poderes ejecutivo y legislativo, y declaró: "el cuadro de extrema gravedad" que atraviesa su país y agradeció al mandatario su "acompañamiento y su liderazgo regional". En la reunión también estuvieron los secretarios de Asuntos Estratégicos, Fulvio Pompeo, y de Derechos Humanos, Claudio Avruj.
El día miércoles el Tribunal Supremo de Justicia del país caribeño anunció que asumirá las competencias de la Asamblea Nacional (AN, Parlamento) al encontrarla en persistente "desacato", según los miembros del máximo órgano de Justicia ligado al Gobierno, un estatus que el Poder Judicial impuso a la Cámara por el incumplimiento de varias sentencias. Esta sentencia significa un desconocimiento completo de la misma, y de esta forma se profundiza el giro bonapartista del Gobierno de Maduro.
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Según Tintori, esto significa “la ratificación de una dictadura en Venezuela" por lo que solicita el apoyo de los países de la región y que se generalice la presión internacional para que se convoque a "elecciones este año" en ese país.
En consonancia con esas palabras, el presidente argentino también se decidió a opinar sobre las decisiones del país caribeño en cuanto a régimen electoral, y según la esposa de López, se mostró de acuerdo con su llamado a que se adelanten las elecciones presidenciales para este año, aunque están pautadas para el año 2018.
Hipocresía
El presidente argentino manifiesta su republicanismo según la ocasión, el año pasado fue uno de los primeros en apoyar la destitución de Dilma Rousseff y legitimar el golpe institucional en Brasil, reconociendo a Michell Temer como el nuevo presidente del país vecino, que habilitó golpes económicos y sociales aún más duros contra los trabajadores y el pueblo brasileños.
Es el mismo Mauricio Macri que habla de republicanismo y democracia cuando las medidas más importantes con las que inauguró su gobierno fueron tomadas por decreto, manteniendo el congreso nacional cerrado.
Las críticas al gobierno venezolano ya tiene su antecedente en septiembre del año pasado, cuando Macri pidió que haya "diálogo" entre oficialismo y oposición y el Gobierno argentino reiteró "su disposición a colaborar con el pueblo y el Gobierno de Venezuela en el camino al restablecimiento de la paz social en ese país, en el marco del pleno respeto a las instituciones democráticas".
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Los medios de comunicación oficialistas en Argentina, voceros del gobierno y también de la derecha regional hablan de una "Clara ruptura del orden constitucional".
Los gobiernos de Estados Unidos, Brasil y Perú, al mando de claros referentes de la derecha continental, anunciaron que sus representantes en Venezuela serán retirados de aquel país después del anuncio de la medida sobre la Asamblea Nacional.
Desde estos países, también dijeron estar evaluando la posibilidad de exigir que a Venezuela le sea aplicada la Carta Democrática de la Organización de Estados Americanos (OEA), lo que significa una suspensión en este organismo, a la vez que se suman al pedido del gobierno argentino para “celebrar elecciones lo antes posible e inmediatamente liberar a todos los presos políticos".
El canciller chileno Heraldo Muñoz se sumo a las voces de la derecha continental y dijo: “Lo que queremos es un entendimiento en Venezuela, que los propios venezolanos resuelvan sus asuntos, pero claramente esto va en la dirección opuesta".
La sentencia del TSJ es parte del giro bonapartista del gobierno venezolano, que utiliza la figura del “Estado de excepción” y significa un condicionamiento de las libertades públicas y la ampliación de las atribuciones de las fuerzas represivas, reforzando el control social y una militarización cada vez mayor. Desde la izquierda, rechazamos estas medidas del gobierno de Maduro, así como hemos enfrentado con anterioridad otras medidas del chavismo y tros gobiernos posneoliberales del continente. Pero al mismo tiempo luchamos contra la derecha continental, por una salida anticapitalista, para que los trabajadores dejemos de pagar los platos rotos. |