El gobierno de Evo Morales está discutiendo el proyecto de un Nuevo Código Penal inspirado en una mayor penalización y agravamiento de las penas. El todavía actual código penal, aprobado durante la dictadura militar banzerista en 1973, establece penas de 5 años para los delitos de “sedición”, el proyecto del MAS (Movimiento al Socialismo) eleva esta pena a 10 años de cárcel. Sin embargo, ante un nuevo código que endurece las condenas, la excepción pareciera ser el “delito” de aborto, es decir, este código establecería nuevas causas de “excepción” por las cuales algunas mujeres podrían acceder a un aborto no punible, que si bien es de vital importancia para las mujeres, representa al mismo tiempo una cortina de humo que quiere distraer la atención sobre este tema, ya que encubre en los hechos que el gobierno del MAS busca imponer un Código Penal mucho más punitivo.
Así, el artículo 157 de esta nueva normativa, en tratamiento, establece que el aborto no constituirá infracción penal cuando la interrupción voluntaria del embarazo sea solicitada por la mujer y concurran cualquiera de las siguientes circunstancias: que el aborto se realice durante las primeras 8 semanas de gestación (término mucho más restringido que el establecido por la Organización Mundial de la Salud), por única vez y además la mujer se encuentre en situación de calle o pobreza; declare no contar con recursos suficientes para la manutención propia o de su familia; sea madre o tenga a su cargo personas adultas mayores, con discapacidad u otros menores consanguíneos o no; o, sea estudiante. También podrán abortar las mujeres en cualquier etapa de la gestación cuando: se realice para prevenir un riesgo presente o futuro para la vida de la mujer embarazada; se realice para prevenir un riesgo presente o futuro para la salud integral de la mujer embarazada; se detecten malformaciones fetales incompatibles con la vida; sea consecuencia de reproducción asistida no consentida por la mujer; el embarazo sea consecuencia de violación o incesto; y, cuando la embarazada sea niña o adolescente.
Con esta nueva propuesta La iglesia Católica, diversas sectas cristianas y el Colegio de Médicos –manifestado “objeción de conciencia”-, entre otros sectores conservadores y reaccionarios han puesto el grito en el cielo y han iniciado una campaña en escuelas y centros religiosos para juntar firmas que impidan esta eventual y parcial despenalización.
¿Una medida que garantiza los derechos de las mujeres o que busca disminuir la pobreza?
Diversos grupos y partidos que sostienen al actual gobierno han festejado el anteproyecto afirmando que contempla las necesidades urgentes de las mujeres pobres a las que se les da una solución ante las escalofriantes cifras de muertes por abortos clandestinos e insalubres, llegando según estimaciones oficiales entre 480 y 600 (CIDEM) mujeres víctimas anualmente de esta práctica. Solo en los tres gobiernos de Evo Morales, son ya más de 5000 las mujeres que han muerto por la penalización del aborto. Sin embargo como ya hemos manifestado desde Pan y Rosas, consideramos que el derecho de las mujeres al control de nuestro propio cuerpo, es un derecho que va más allá de la situación social y económica.
El proyecto del MAS, pone el énfasis en habilitar el aborto no punible para las mujeres en situación de pobreza o de calle. Esto en última instancia estaría siendo autorizado quizás como intentos desesperados de buscar “disminuir” los índices de pobreza que empiezan a mostrar que el discurso que afirmaba que somos un “país de ingresos medios” empieza a desmoronarse. Recientes casos, como el de la muerte por hambre de la niña Eva en la ciudad de El Alto, no sólo han empezado a encender más la discusión acerca de estas nuevas causales para la despenalización del aborto sino que también, empiezan a desmentir la retórica socialista del MAS.
En este sentido, consideramos que este proyecto apunta principalmente a otorgar el “derecho de abortar” a las mujeres pobres. Aunque es un hecho que son las mujeres pobres las que están más expuestas a someterse a abortos en condiciones totalmente insalubres arriesgando sus vidas, desde Pan y Rosas defendemos el derecho al aborto libre, legal, seguro y gratuito, como un derecho pleno para todas las mujeres porque el derecho al aborto es un derecho básico y elemental que debería ser reconocido por cualquier democracia que se precie como tal. La conquista por el derecho al aborto, sin ningún tipo de regulación, pero otorgado como un derecho y reconocido como un asunto de salud pública para que las mujeres podamos ser atendidas en los hospitales y en condiciones salubres y seguras, es solamente la expresión de que las mujeres podamos al igual que los hombres decidir sobre nuestros propios cuerpos. Consideramos por tanto, que esta es una gran deuda de todos los Estados a la mitad de la población que somos las mujeres y que lo cobraremos con la organización, la movilización y nuestra lucha en las calles.
Creemos por tanto, que este proyecto es absolutamente limitado. No sólo porque el Estado va a seguir regulando los pasos para cumplir los requisitos y demostrar que aplicamos a las causales establecidas para poder abortar, sino porque además, el aborto será permitido sólo una vez.
¿Una sola vez en la vida?
Vemos también que este proyecto de ley, que mantiene los fundamentos y principios basados en la subordinación y opresión de las mujeres, entra en tremendas contradicciones cuando leemos que las mujeres que estén sujetas a las causales establecidas y quieran abortar solo podrán ejercer este derecho por una sola vez en la vida.
Esta disposición muestra la total arbitrariedad con la que se ha elaborado este proyecto, ya que por ejemplo si la causal del aborto es la pobreza, ¿por qué una mujer pobre podría abortar sólo una vez?, con un siguiente embarazo al aborto permitido su condición de pobreza no habría cambiado. Es decir, seguirá siendo pobre. Por otro lado, el que sólo nos dejen abortar una sola vez no deja de revelar el rol que nos otorga esta sociedad patriarcal y capitalista que ve a la mujer como la garante de reproducir vidas, es decir, de garantizar más mano de obra.
Rechazamos este control estatal del cuerpo y de la vida de las mujeres y exigimos que el Estado y las iglesias retiren sus manos de nuestro cuerpo. Exigimos el derecho pleno al aborto seguro, libre, legal y gratuito.
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