El primer subdirector Gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), David Lipton, afirmó ayer que las reformas económicas que impulsa el Gobierno "pueden ser complicadas y que pueden demorar algún tiempo en rendir fruto, pero un esfuerzo continuo sentaría las bases para un crecimiento más vigoroso, sustentable e inclusivo". Optimismo, guiño para el gobierno y mayor ajuste fiscal, las claves de su relato que, no sorprende, es coincidente con la mirada oficial local.
En una intervención en la cual el FMI volvió a aprobar las recetas económicas aplicadas por el gobierno de Macri, Lipton pronosticó que "ya hay indicios de que las políticas están siendo eficaces. Para este año y el próximo prevemos un repunte de la economía, y que la inflación continúe disminuyendo". El funcionario realizó sus declaraciones en el marco del Foro Económico Mundial sobre América Latina, que comenzó ayer en el hotel Hilton de Puerto Madero mientras afuera se desarrollaba el primer paro nacional contra el gobierno.
"Nos hemos reunido en un momento en que la región continúa enfrentando un entorno complicado caracterizado por una desaceleración de la demanda externa, el fin del superciclo de las materias primas y una mayor incertidumbre en torno a las políticas en los países avanzados", añadió.
Sin embargo, resaltó que "se prevé que el crecimiento regional volverá a ser positivo este año tras haber sufrido una contracción en 2016, con perspectivas de que continuará repuntando gradualmente el próximo año. Los factores internos, no obstante, seguirán incidiendo de manera significativa en muchas economías".
"En este contexto, -agregó- los países deben seguir esforzándose por desarrollar su capacidad de resistencia, sobre todo realizando ajustes fiscales y calibrándolos según sea necesario, y permitiendo que los tipos de cambio fluctúen para amortiguar los shocks externos".
Y sostuvo que "a más largo plazo, además de mantener la estabilidad macroeconómica, la región debe emprender esfuerzos para fomentar la competitividad y el crecimiento y garantizar que los beneficios puedan distribuirse de manera más amplia. Un programa de reforma de ese tipo comprende cerrar la brecha de infraestructura, reducir la desigualdad y la informalidad en el mercado laboral, mejorar los resultados de educación y promover la integración económica regional".
En cuanto a la Argentina, dijo que "las autoridades han puesto en marcha un conjunto de reformas muy necesarias y adecuadas para eliminar distorsiones y desequilibrios que afectan a toda la economía".
La "necesidad" de estas reformas es, desde ya, relativa a los objetivos perseguidos, que para el gobierno y el FMI no tienen nada que ver con las necesidades urgentes de la clase trabajadora sino con el enriquecimiento de las grandes multinacionales y la "burguesía nacional".
"Es cierto que estas reformas pueden ser complicadas y que pueden demorar algún tiempo en rendir fruto, pero un esfuerzo continuo sentaría las bases para un crecimiento más vigoroso, sustentable e inclusivo. Ya hay indicios de que las políticas están siendo eficaces. Para este año y el próximo prevemos un repunte de la economía, y que la inflación continúe disminuyendo", pronosticó.
Sin embargo, los verdaderos cambios que exigen un "esfuerzo" de resignación de ganancias por parte de las patronales son aquellos que demandan, con fuerza creciente, una reducción de la jornada laborala 6 horas, acorde a los niveles tecnológicos existentes, con un salario igual a la canasta familiar y el reparto de horas de trabajo para evitar la desocupación y subocupación.
La propuesta del FMI y del gobierno están en las antípodas de estos planteos, y lejos de buscar un crecimiento vigoroso e "inclusivo", pretenden descargar los efectos de la crisis sobre las espaldas de los trabajadores. |