Los uniformados, que circulaban en un patrullero, la interceptaron en la calle y la interrogaron sobre quién era y a dónde se dirigía. La joven respondió sobre su identidad y que se dirigía a la Facultad. A continuación, amenazadora y prepotentemente, la interrogaron sobre a qué partido político pertenecía, a lo que la estudiante respondió que “a ninguno”. La violenta respuesta de los efectivos fue “no me mientas pendeja, ¿de qué partido sos?”. Ella volvió a negar pertenecer a ningún partido y se alejó.
La escena, además, se desarrolló mientras en la Plaza San Martín, a escasos metros, se realizaba la concentración de docentes, estudiantes y entidades gremiales por la medida de fuerza convocada por a raíz de la represión a los docentes que instalaban la escuela itinerante en la Plaza de los Dos Congresos.
El Ministro de Seguridad Juan Carlos Tierno ya es reconocido por los incontables casos de apremios ilegales y golpizas a la juventud a manos de su policía, por haber mandado a reprimir a quienes reclamaban en el Meridiano V por las inundaciones, y por el asesinato del cazador Santiago Gairaldi.
Prácticas como la de hoy, en donde hay una clara persecución a política y a los partidos, sólo pueden buscar intimidar a la población. En concordancia con los casos inmediatos de la política nacional (represión en el comedor de Lanús, en el corte de Panamericana durante el paro nacional, a los docentes el pasado domingo), esta política de persecución a la juventud, a la militancia política, a los trabajadores y sus sindicatos, son muestras de que se busca imponer un ajuste, y que el uso de la fuerza es la herramienta elegida para esto tanto por el gobierno nacional como por los diferentes gobiernos provinciales. |
