Unión por Córdoba: el consenso que no pudo ser
En el 2013, el oficialista Unión por Córdoba ganó con sólo el 26,54% de los votos en toda la provincia, mientras que en la capital obtuvo un mísero 15%. Este año el gobernador De la Sota decidió postularse a la presidencia con la boleta del partido FE del “Momo” Venegas.
De la Sota pretendía armar para su relevo una lista de unidad. Pero Martín Llaryora, su Ministro de Comercio e Industria, ya informó que antes de fin de año dejará su cargo para hacer campaña como precandidato a gobernador. Llaryora compitió con Schiaretti en las últimas elecciones legislativas con un discurso antidelasotista y “juvenil”. Si bien se especuló con su pase al Frente Renovador, ahora dejó en claro que acompañará a De la Sota. Este anuncio obliga al gobernador a llamar a internas, que serían el 12 de abril. Antes, les marcó la cancha a sus subordinados: el presidente del PJ, Carlos Caserio, les hizo saber a los funcionarios que quien quiera ser candidato deberá dejar la gestión. Es decir que también Daniel Passerini abandonaría su cartera, el Ministerio de Desarrollo Social.
Schiaretti, por su parte, ya realizó su primer acto de campaña, en el que respaldó la candidatura presidencial de De la Sota y prometió, como si su partido no hubiera gobernado la provincia los últimos 15 años, que hará cloacas para la ciudad de Córdoba y completará el anillo de la Avenida Circunvalación. El apuro del actual diputado nacional se debe a que De la Sota dijo que no apoyará a ninguno de los aspirantes a sucederlo, lo cual favorece a Llaryora y a Passerini que juegan la carta de la renovación, algo que no caracteriza precisamente a Schiaretti.
Radicales en una disyuntiva
El radicalismo cosechó el año pasado 22% de los votos en la provincia y 20,7% en Capital mientras que el PRO sacó 14% y 16,62% respectivamente.
El intendente Ramón Mestre sufrió varios reveses, desde denuncias por desvíos de fondos, hasta golpes recientes como la explosión de Alta Córdoba y el escándalo que protagonizó su chofer. Ahora que Olga Riutort definió que competirá por la intendencia de la mano de Sergio Massa, lo más seguro es que intente completar los 8 años en el Palacio 6 de Julio en vez de ir por la gobernación, ya que la dispersión del peronismo en la Capital lo favorecerá una vez más.
Mientras tanto, esquiva a Luis Juez, que no ceja en su intento de armar un frente provincial entre la UCR, el PRO y el Frente Cívico para ganarle al justicialismo. Ya lo logró en Marcos Juárez y en Villa Dolores, donde estuvo el viernes pasado presentando la candidatura de Oscar Heredia para desbancar el año entrante al kirchnerista Juan Pereyra. Juez profundiza su giro a la derecha, a tal punto que la semana pasada elogió a la Policía Metropolitana de Macri, a quien atacaba años atrás por el escándalo de las escuchas ilegales.
El jefe de Gobierno porteño también estuvo en Córdoba el fin de semana, presentando sus candidatos municipales en Villa María y Villa Carlos Paz y planteó que un frente de la oposición cordobesa debería dirimir las candidaturas en las PASO. Tal vez nadie le avisó que ese mecanismo no está implementado en la provincia mediterránea.
Quien echó más leña al fuego fue un correligionario. El diputado nacional Oscar Aguad declaró días atrás: “si me toca a mí seré yo, pero también está (Luis) Juez, (Ramón) Mestre (…) la prioridad es construir el frente”. El Comité Provincia de la UCR, presidido por el mestrista Jorge Font le respondió, sin nombrarlo, en un comunicado: “Hay indicios claros que podemos coincidir con otras fuerzas en un diagnóstico y fundamentalmente en un programa para Córdoba, entre ellos el PRO. Pero esto no significa que el radicalismo pierda su propio espacio de democracia interna para elegir los mejores hombres”.
Kirchnerismo, sin candidato
De las “mini tribus” kirchneristas se sabe poco y nada. El Frente para la Victoria había logrado el año pasado perforar el histórico 10% en Córdoba (en la provincia sacó el 15% y en la capital, el 14%), pero la renuncia de Carolina Scotto a su banca de diputada nacional significó un fuerte golpe.
La asunción de Ernesto “Tatú” Bernabey en reemplazo de Scotto desató la interna en el Foro de Intendentes Cordobeses en el Proyecto Nacional y Popular, que presidía. En septiembre, los casi 50 intendentes que forman el Foro eligieron nuevas autoridades, pero Bernabey acusó a Eduardo Accastello de querer cooptar el organismo para sus propios intereses. Semanas atrás, los integrantes del Foro aprovecharon una reunión con Jorge Capitanich (a quien acudieron en busca de ayuda económica) para proclamar la candidatura de Accastello a la gobernación, con la idea de incluir a otros actores políticos.
Hay que recordar que Scioli ya respaldó a Accastello como su hombre para Córdoba, tanto para evitar que el villamariense siguiera en la indefinición como para hacer pie en Córdoba con un candidato relativamente instalado. Accastello cuenta con el apoyo del Movimiento Evita y La Jauretche (que lidera Martín Fresneda), pero no de Unidos y Organizados. No se descarta la fórmula Accastello - Bernabey, que potenciaría el caudal de votos, aunque significaría un apoyo claro a Daniel Scioli para la presidencia.
Frente de Izquierda
El Partido de los Trabajadores Socialistas, dentro del Frente de Izquierda, lanzó el viernes las precandidaturas de Hernán Puddu y Laura Vilches para gobernador y diputada nacional respectivamente. El FIT parte de una buena base lograda el año pasado (7,48% en la provincia y 12,24% en la capital) y llega a medir dos dígitos en algunas encuestas. Esto le permitiría acceder a una banca de diputado nacional luego del fraude perpetrado en su contra en 2013, además de renovar la banca en la Unicameral cordobesa. |