Foto DyN
Ayer el staff macrista que gobierna la Ciudad de Buenos Aires y la Provincia homónima dieron un nuevo paso en la restricción de las libertades democráticas. Todo, como es costumbre ya, con la excusa infame de combatir la “inseguridad” de “la gente” (dos términos tan ambiguos e imprecisos como la moral pro).
Cerca del mediodía de este lunes la gobernadora María Eugenia Vidal y su ministro Cristian Ritondo se juntaron con sus pares porteños Horacio Rodríguez Larreta y Martín Ocampo y con una exultante Patricia Bullrich. Fue en uno de los puestos de monitoreo del flamante Anillo Digital, un sistema de postas y cámaras de vigilancia que controlará el ingreso y egreso de todos los vehículos a la Ciudad de Buenos Aires.
Según la información dada por el Ministerio de Seguridad de la Nación, que conduce Bullrich, Anillo Digital consta de un sistema de control destinado a identificar cada uno de los autos, colectivos, motos y camiones que utilizan los accesos y egresos de la Ciudad a lo largo de dos de las autopistas más circuladas: la Buenos Aires-La Plata y la General Paz.
El sistema, al menos en un principio y según la versión oficial, controlará 45 pasos entre la Ciudad y la Provincia, con un puesto a cada lado de los distritos (es decir 90 puestos repartidos entre la Policía Bonaerense y la Policía de la Ciudad). El control se hará por medio de 366 cámaras: 75 de videovigilancia y 291 lectoras de patente.
El sistema estaría funcionando a pleno hacia fines de mayo, donde se sumarán 61 pórticos lectores de patente y dos centros de monitoreo, uno en Vicente López y otro en Puente de la Noria.
En la presentación oficial la ministra Bullrich dijo que “todos los autos que entren a la Ciudad de Buenos Aires o que transiten por las circunvalaciones tendrán un control de patente de automóviles y una serie de centros de monitoreo que lo que hacen es leer estas patentes y cuando hay un auto que tiene algún tipo de impedimento (para circular) o pedido de captura, éste va a ser inmediatamente interceptado”.
“Esto le va a traer una gran seguridad a la gente porque va acompañado de gente que con teléfonos celulares puede analizar la identidad de las personas”, añadió la ministra. Ningún periodista preguntó en la conferencia de prensa a qué se refería Bullrich con “gran seguridad”. Tampoco a qué se refiere ella con “la gente”.
A su turno la Gobernadora Vidal aseguró, cual psicóloga omnipresente, que “lo que no deja dormir a la gente es su preocupación por la inseguridad”. Por eso, para que la gente pueda dormir, “todo el tiempo los autos que entran y salen de la Provincia y de la Ciudad van estar sometidos a este control”, anticipó.
“Muchos de los delitos que sufrimos se comenten en autos robados o en autos con pedido de captura o que tienen patentes truchas. Esta tecnología nos va a permitir detectarlos a tiempo”, agregó Vidal sin sonrojarse.
Según datos del propio ministerio de Bullrich, entre la Ciudad y la Provincia entran y salen más de 1.100.000 autos por día. Con el Anillo Digital los referentes de Cambiemos intentan mostrar que desde ahora se les hará más difícil a los criminales moverse por las autopistas y cruces de la zona metropolitana de Buenos Aires.
Un intento inconducente, toda vez que son los los propios agentes de las policías de ambos distritos (más la Federal, la Gendarmería, la Prefectura y las policías locales del conurbano) quienes están íntimamente relacionados con el tráfico de personas, de drogas, de armas, de automotores y otros negocios ilegales.
La voluntad vigilante de Cambiemos no busca frenar el gran delito, el que sólo es viable y posible a manos de la asociación empresaria entre capitalistas y funcionarios policiales, judiciales y políticos.
Lo que buscan Vidal, Larreta y Macri (como antes lo buscaban Scioli, Macri y Fernández de Kirchner) es avanzar en el control sistemático de la población trabajadora y pobre, especialmente de la juventud de las barriadas populares.
La implementación de este gran sistema de vigilancia y monitoreo metropolitano tendrá en su mira nada menos que a las millones de personas y vehículos que circulan diariamente por la Ciudad y la Provincia. Eso quiere decir, lisa y llanamente, que todas y todos quienes anden por allí estarán bajo la mirada de las policías que hoy conduce el macrismo. Una policía siempre presta a disparar antes de preguntar.
Desde las carteras de Bullrich, Ritondo y Ocampo insisten en que Anillo Digital cumplirá una función “preventiva” para combatir los robos de autos, el contrabando y otros negocios ilegales. Sin embargo lo que tienen en sus manos es una herramienta ideal para seguir paso a paso movilizaciones sociales, o para buscar “presas fáciles” a quienes armarles causas o, incluso, para garantizar que los negocios ilegales puedan ser mejor “cuidados”.
Este nuevo paso en la vigilancia represiva no sorprende, ni en este gobierno ni en los que lo precedieron. Pero tenerlo en cuenta y seguir su desarrollo es muy necesario, sobre todo en una coyuntura en la que el régimen político (con sus funcionarios oficialistas y “opositores” propatronales) procura contener los reclamos populares con más policías, gendarmes y tecnología de “seguridad” desplegada en las calles. |