Durante la tarde de ayer, integrantes de la coordinadora Elba Martínez, la agrupación Pan y Rosas, el dirigente nacional de la Juventud del PTS Javier Musso, Lorena Barraza, hermana de Ezequiel Barraza víctima del gatillo fácil, y estudiantes del Instituto Provincial de Educación Media (IPEM) 190 de la ciudad de Villa Carlos Paz formaron parte de una charla debate sobre la represión policial. Cuando están por cumplirse dos meses del asesinato a manos de la policía de Franco Amaya, jóvenes de distintos cursos comienzan a debatir sobre la realidad que viven día a día en sus barrios.
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Evelina Ramírez, integrante de la agrupación Elba Martínez, partió de cuestionar al Código de Convivencia, código que habilita a la policía para detener a miles de jóvenes de la provincia, bajo la figura de "actitudes sospechosas": figura totalmente ambigua que dan el poder a la policía para, sin ninguna prueba, detener a alguien que camina por la calle, pasear por una plaza, etc. El armado de causas fue otro de los temas principales, en los que varios alumnos contaron como familiares y amigos suyos habían sido detenidos con estas metodologías de la policía.
En ese sentido, Lorena Barraza comento como había sido asesinado su hermano a manos de la policía, y el intento de encubrimiento que realizaron, la necesidad de organización contra la represión policial: “Más seguridad, no es más policía, es mejores escuelas, mejor sistema sanitario, mejor infraestructura, es trabajo para todos."
Por su parte, Javier Musso planteó el rol de los medios hegemónicos en armar una imagen de la “delincuencia”: jóvenes, pobres, supuestamente drogados, con gorra, etc. Y cómo, a partir de esa imagen, se comenzaban a cercar los barrios y se instalaba un sentido común de estigmatización a los jóvenes de los barrios populares: “cuando el verdadero crimen organizado es el que realiza la policía: la trata y el narcotráfico. Estos son imposibles de realizar sin el aparato policial y la impunidad con la que cuentan, incluso el robo al menudeo se hace bajo su dirección”.
“Hay que destruir este sistema y construir uno nuevo” o “quieren que nos conformemos con algo mínimo para que no peleemos, no hay que bajar los brazos” fueron algunas de las reflexiones a las que llegaban los alumnos después del debate.
La necesidad de hacer algo, de pelear y organizarse de alguna forma contra el hostigamiento y la represión policial quedaban plasmadas en sus intervenciones. También la desesperanza en algunos casos de vivir una realidad que día a día los golpea. “Quién no?” fue la irónica respuesta que dieron al unísono cuando se les pregunto si alguna vez habían sido parados u hostigados por la policía: de más de 40 jóvenes estudiantes, menores de edad en su mayoría, no había uno que no lo hubiera sufrido.
Por esto que se hace necesario comenzar a organizarse, para que no haya más Francos o Ezequieles, no más “rubios del pasaje” o Lucianos Arruga, para combatir la policía y cambiar esta sociedad desde sus cimientos. Merece celebrarse que tanto docentes del colegio como organizaciones sociales, abran el juego para discutir y debatir junto con los jóvenes problemáticas que, por lo general, se intentan tapar. |
