En un programa de radio provincial el ministro de Seguridad de Catamarca, Marcos Denett, fue consultado por el brutal caso de un joven que fue asesinado en un linchamiento, tras cometer un hurto en un barrio de la ciudad capital.
"¿Qué hacés vos si encontrás de noche a alguien que no es de tu casa?”, disparó y cuando el periodista respondía lo interrumpió: "Yo hago lo mismo”.
Esta apología del homicidio, en una situación provincial caldeada por la pobreza, consecuencia directa del duro ajuste que el gobierno de Lucía Corpacci aplica siguiendo las órdenes de Mauricio Macri, echa nafta al fuego.
El ministro de (in)Seguridad es responsable directo del aumento de los robos y el narcotráfico claramente organizados por la policía, que día a día buscan chivos expiatorios para ocultar a los grandes jefes de la droga.
Con esta actitud se busca criminalizar la pobreza que genera el propio Estado y su gobierno. Estigmatizan a los jóvenes pobres y trabajadores, buscando un consenso en la sociedad para este tipo de políticas represivas.
Estas declaraciones temerarias buscan poner a los verdaderos delincuentes a la ofensiva, haciéndolos gozar del poder de la impunidad del Estado, desde el mismísimo Ministerio de “Seguridad”.
También buscan reforzar la vigilancia, persecución y represión contra la juventud y el pueblo pobre, como se puede ver en las calles con fuerte saturación policial.
Denett es un peligro para la población trabajadora. Ya demostró su voluntad en la represión a los trabajadores de Obras Públicas a fin del año pasado. Ahora directamente incurre en la apología del delito contra el pueblo. La incitación a la matanza a manos de civiles es una muestra.
Denett se tiene que ir. Mientras siga al mando de la “policía brava” todos estamos en peligro. |