Pedro Marsonet, Licenciado en Geografía de la UNCuyo, explica el por qué de las grandes inundaciones en las últimas tormentas en Mendoza. La proliferación de los barrios privados y su impacto sobre las zonas más precarias.
En Mendoza vimos en las últimas tormentas grandes inundaciones en varios departamentos de la provincia. Si bien es cierto que fueron lluvias donde cayó más agua que el promedio general, también dejaron al descubierto los problemas de infraestructura de la provincia. La izquierda Diario entrevistó a Pedro Marsonet, Licenciado en Geografía de la UNCuyo, sobre la problemática de la urbanización en Mendoza y las causas de las inundaciones que afectaron a miles de mendocinos y mendocinas.
LID:- ¿Por qué se inunda cada vez más Mendoza en cada lluvia?
Tenemos que remitirnos al esquema básico de entender que una lluvia fuerte en un lugar donde naturalmente no sucede de manera periódica, suele traer problemas. Uno puede plantear esa lluvia o tormenta como un evento natural de alta peligrosidad. El tema es que esa alta peligrosidad se va a combinar con condiciones de vulnerabilidad que tiene esa zona.
¿Qué paso acá? Tenemos una lluvia, que no es normal que llueva tanto ni tan seguido, pero el problema es que la tenemos sobre una ciudad que está hecha aguas debajo de un piedemonte, que es una rampa que une la montaña con la planicie. Este es un piedemonte que ha sido deforestado de manera creciente en la medida que ha ido creciendo la ciudad. Este piedemonte, cuando tenía su vegetación nativa, la vegetación lo que hacía era amortiguar el impacto de la lluvia. Luego, con sus raíces, infiltrar de manera más lenta el agua, y eso iba a parar a las napas subterráneas. Era mucho más demorado el proceso que hacía que se generara una capa de agua en superficie y luego bajara a la ciudad.
En la medida que hemos ido deforestando todo ese piedemonte, impermeabilizando con barrios, calles, etc, el agua cae, compacta rápidamente el suelo y baja con mucha velocidad y violencia.
LID:- En esa zona que vos mencionás, han ido creciendo distintos barrios, sobre todo privados. ¿Qué relación tienen estos barrios con los efectos de las lluvias?
Para aportar algunos datos, hay que tener en cuenta cuando uno analiza la totalidad del área urbanizada del Gran Mendoza, más del 11% del territorio urbanizado son barrios privados. Es un territorio gigantesco, los barrios privados no tienen ni dos décadas de antigüedad y ya ocupan más del 11% del territorio.
Mendoza creció con una lógica capitalista y, en las últimas décadas, con una lógica capitalista rentística financiera. Esta lógica ve en el espacio la posibilidad de capitalización acelerada, ya no como antes que el capital se invertía en la construcción de espacios para la producción, para el comercio, para la circulación, sino que vemos cada vez más capital invertido en la producción del espacio desde la lógica especulativa. Es decir, invertir en la producción del espacio porque eso es un negocio en sí mismo, no como base para otros negocios.
"Los grandes desarrolladores inmobiliarios lo que hacen es comprar o apropiarse de distintas maneras de grandes terrenos en la periferia de las ciudades, generalmente en zonas que tienen prohibido urbanizarse, pero lo hacen igual a través de distintos medios"
En ese sentido, los grandes desarrolladores inmobiliarios lo que hacen es comprar o apropiarse de distintas maneras de grandes terrenos en la periferia de las ciudades, generalmente en zonas que tienen prohibido urbanizarse, pero lo hacen igual a través de distintos medios. También lo hacen en zonas de fragilidad ambiental, por eso es tan fácil o barato hacerse de esos terrenos. Obviamente, estos desarrolladores ambientales, mediante influencias políticas, mediáticas y económicas, logran vender esos loteamientos que hacen en terrenos que les costaron muy baratos, a precio muy my caro. Hay una diferencia de renta exponencial. Entonces estos terrenos que no son los más aptos para urbanizar, terminan siendo los más buscados por los desarrolladores porque es donde más diferencia pueden sacar.
LID:- Desde este punto de vista que vos marcás, ¿Qué problemas estructurales tiene la provincia?
Estos barrios están mayoritariamente en barrios que están aguas arriba de la zona urbanizada donde vivimos la mayoría de los trabajadores y, como estos barrios se hacen desde la lógica de la rentabilización acelerada, no están pensados en la totalidad de la ciudad y que efectos tienen para los que vivimos aguas abajo o que obras habría que hacer por el crecimiento de esas urbanizaciones.
Entonces, obviamente todos los impactos desde la lógica ecológica de la cuenca no son tenidos en cuenta y así terminamos siendo las zonas más afectadas. A lo que se agrega esto que decía al principio de lluvia como peligro, vulnerabilidad territorial y el riesgo resultante. Pensemos que esa vulnerabilidad del territorio del área metropolitana de Mendoza es desigual. No es la misma vulnerabilidad que tienen los barrios consolidados, que ya tienen todas las obras de urbanización hechas, que los barrios más precarios que no tienen obras, no tienen cunetas, no tienen defensas aluvionales. Entonces, ante un aumento de la corriente, por la impermeabilización de las partes más altas, por el desmonte, por el crecimiento urbano totalmente descontrolado y especulativo, va a impactar de manera mucho más grave a los barrios con menos infraestructura, y a las familias con menor capacidad de enfrentase a este problema.
Ahí tendríamos un primer punto. Lo que pasa acá es que ese agua que baja con velocidad y violencia viene a dar a la ciudad, que esta aguas abajo, y ahí tenemos un problema de obras. La ciudad tiene un sistema de canales y acequias, que todos conocemos en Mendoza, que estuvo hecho en su momento como un sistema de riego, con canales grandes que se van subdividiendo en canales más chicos aguas abajo para ir distribuyendo el agua para regar. El tema es que el sistema de defensa aluvional de Mendoza se ha superpuesto a este sistema de riego y es un problema grave porque es la lógica inversa.
Si yo quiero juntar todo el agua de una fuerte lluvia, tengo que ir desde arriba hacia abajo, hacia canales grandes que reciban el agua de los más pequeños, como la red hidrográfica normal de un rio. El tema es que cuando yo quiero juntar todo el agua que viene de los canales del piedemonte, canales aluvionales como el Maure, Papagayos, Zanjón de los Ciruelos, etc y todo eso va a derivar en el canal Cacique Guaymallén, que tiene menos capacidad de conducción que la suma de todos esos canales, obviamente en algún lado se desborda todo esa agua. Ahí tenemos un problema de infraestructura y obra.
"No es la misma vulnerabilidad que tienen los barrios consolidados, que ya tienen todas las obras de urbanización hechas, que los barrios más precarios que no tienen obras, no tienen cunetas, no tienen defensas aluvionales"
Esto se relaciona con las ciudades en archipiélago, como dicen muchos autores, que son ciudades que crecen por “islas”, por fragmentos, donde ni a los inversores ni a los gobiernos les interesa la ciudad en la que convivimos todos, sino que el que quiere hacer negocios con la ciudad vende espacios, donde garantiza todos los privilegios para aquel que los puede pagar. Entonces venden un barrio privado para que se viva seguro, con parques jardines, etc. Los espacios de ocio también son cerrados, son otras islas a las que se llega por grandes autopistas o rutas rápidas. Entonces al capital y al gobierno le termina interesando proteger y dar garantías de una vida fluida a las personas que viven incluidas en esa red, y el resto del territorio urbano sobre el que se apoya esa red, queda totalmente marginado de las obras, el cuidado y la gestión. La misma construcción de esta red trae efectos negativos.
Si yo tengo en el piedemonte y en las zonas de Maipú y Lujan, que están aguas arriba de la ciudad de Mendoza, cada vez más urbanizaciones cerradas, a las que no les importa integrarse en la trama urbana, trae impactos que, en el caso de las lluvias e inundaciones, se ven reflejados aguas abajo. No casualmente los barrios más afectados son siempre en Guaymallén y Las Heras, que están aguas abajo, porque la pendiente en Mendoza está de Oeste a Este y de Sur a Norte.
Entonces tenemos toda esa zona del piedemonte, Maipú y Lujan con crecientes grados de urbanización y hacia abajo, como explicaba al principio, un aumento en la correntia. Porque la misma lluvia que caía hace cincuenta años sobre campos o montes nativos, ahora cae sobre zonas urbanizadas sin buenas redes de drenaje. Y todo eso viene a parar a la parte baja.