Foto: Twitter @Alfon_libertad
Alfon se sentó en el banquillo de la Sección 30 de la Audiencia madrileña tras haberse suspendido el juicio el 18 de septiembre pasado, ante la ausencia de tres policías que eran fundamentales para la defensa. La insólita excusa de los testigos fue que estaban “de vacaciones”.
El ministerio público lo acusa de tenencia de explosivos y pide que se le aplique una pena de cinco años y seis meses de prisión.
La acusación se basa en el testimonio de tres policías, que dijeron haberle visto portar una bolsa con un artefacto explosivo-inflamable en el interior en la mañana del 14 de noviembre de 2012. Ese día en se realizaba una huelga general en el Estado español convocada por la mayor parte de las organizaciones sindicales.
Alfon, sin embargo, ha defendido su inocencia. "Yo no portaba material explosivo, soy inocente y en mi familia solo esperamos que se acabe este calvario", dijo en declaraciones citadas por el diario.es
Irregularidades y montaje policial
La defensa de Alfon argumentó durante el juicio que el proceso estuvo plagado de irregularidades. Su abogado defensor, Erlantz Ibarrondo, sostuvo que no se encontraron huellas de Alfon en el artefacto explosivo que según la policía llevaba en la mañana del 14 de noviembre.
Aunque si se hallaron hasta cuatro huellas positivas que no son de Alfon y que no han sido analizadas. Para el abogado del joven activista, no se puede probar que Alfon poseyera o manipulara en algún momento el artefacto.
Pero además, su defensa expuso la total ausencia de una cadena de custodia del artefacto que servía de prueba.
Y en una muestra del claro sesgo de persecución ideológica y montaje denunciado por la defensa de Alfon, su abogado reprochó a la fiscalía haber realizado un escrito de acusación antes de conocerse cuáles eran los componentes del supuesto artefacto explosivo. Ya en septiembre, antes de haberse realizado ningún peritaje, la fiscalía ya hablaba en un informe de "viales de gasolina" en el supuesto artefacto explosivo.
La defensa culminó su exposición destacando que existen dos versiones de los hechos, la de la policía, y la de Alfon y su compañera, Daira Cros, que le acompañaba en aquel momento y que también fue detenida pero no acusada por la fiscalía. Ambos negaron rotundamente que portaran la bolsa con el supuesto material explosivo y en el juicio la fiscalía no pude presentar ninguna prueba material de que así fuese. Ni siquiera tras el registro de los domicilios particulares de Alfon y Daira, así como en la sede de los “Bukaneros” (hinchas del Rayo Vallecano, club al que pertenece Alfon), lugares en los que la propia policía admitió no haber encontrado ningún indicio de fabricación de explosivos.
El juicio de Alfon quedó ayer visto para sentencia. Para su abogado, la inconsistencia de las pruebas de la acusación sólo puede dar lugar a su absolución.
A la salida de la sala, Alfon estuvo acompañado por amigos, familiares y organizaciones solidarias, que organizaron una concentración frente a la Audiencia Provincial de Madrid y lo recibieron al grito de "Alfon libertad" y "¡Presos políticos libertad!".
"Este respaldo es lo más positivo que he tenido de esta historia", afirmó en declaraciones recogidas por el diario público.es. "También es el mayor aprendizaje que tenemos que sacar. Hoy es mi caso pero en los próximos meses habrá más", agregó.
Confiado en que se logrará su absolución, Alfon destacó que no se siente "una víctima, sino un miembro de una lucha en la que tenemos que participar todos".
Represión, persecución ideológica y solidaridad
Tras su detención en la mañana del 14 de noviembre de 2012, Alfon estuvo preso 56 días en la cárcel de Soto del Real bajo el régimen FIES-5 (Ficheros de Internos de Especial Seguimiento), un régimen carcelario creado en 1991 para tener un mayor control sobre presos considerados “conflictivos y/o inadaptados”, controlando sus comunicaciones con el exterior, restringiendo sus visitas, aislándolo del resto de los detenidos, etc.
La policía se tomó dos meses para emitir un informe que, una vez en manos de la titular del Juzgado de Instrucción número 21, permitió su liberación, aunque obligándolo a comparecer dos veces al mes ante el juzgado.
Alfon, como muchos jóvenes activistas y luchadores en el Estado español, fue víctima de un permanente acoso y persecución policial, mucho antes de su detención a fines del 2012. Según denunció su defensa durante el juicio, la policía hizo un “seguimiento” ilegal de Alfon entre los años 2009 y 2011. Un informe de 30 páginas presentado como prueba, detalla cada viaje realizado por Alfon durante todo ese período.
Durante el tiempo en que Alfon estuvo en prisión, varios colectivos y organizaciones políticas, sociales y sindicales formaron la Plataforma por la Libertad de Alfon, que desarrolló hasta hoy una intensa campaña de información y actos públicos en todo el estado exigiendo su liberación.
En el Estado español, al calor de la crisis y la resistencia a las medidas austeritarias, ha crecido la represión y la criminalización de la protesta social. |