Desde el comienzo de su alocución el gobernador mendocino dejó en claro cuál es y seguirá siendo la orientación de su gobierno, al destacar que su compromiso desde el primer día es incentivar a los empresarios. Un discurso idéntico al del gobierno nacional que viene poniendo todos sus esfuerzos en recortar impuestos a los grandes empresarios y sectores privilegiados de la sociedad con el utópico objetivo de que inviertan más.
“Luego de haber transcurrido algo más de un año al frente del gobierno de Mendoza, ha llegado el momento de hacer una evaluación parcial” dijo el gobernador para luego utilizar gran parte de su discurso para autoevaluarse positivamente reivindicando los ataques a los trabajadores como lo fueron el Ítem Aula, la privatización del Trole, los decretazos para cerrar las paritarias.
“Como confío en los resultados que vamos consiguiendo, en primer término, vengo a ratificar el camino de cambio que estamos transitando para reparar el Estado y de esa manera ir volviendo a la normalidad” dijo el gobernador como si su capitalismo fuera más serio y normal que el “Capitalismo en serio” de Cristina y todo el kirchnerismo.
El gobernador habló de una “revolución de lo sencillo”, en un intento de querer transformar en sentido común una concepción del Estado en la que su única tarea es brindar servicios de salud, educación, transporte y no garantizar derechos. Cabe destacar que no dijo nada de los femicidios en la provincia, que no dijo nada sobre el problema de la desocupación y los altos índices de inflación por nombrar tan solo algunos asuntos que deberían ser resueltos con urgencia y estuvieron ausentes en las preocupaciones de Cornejo.
Fue un discurso profundamente ideológico para un gobernador “de acción”, como el mismo se autodenominó, en el cual los grandes ausentes fueron los anuncios que resuelvan alguno de todos los graves problemas de salud, educación, empleo e infraestructura que padecen a diario miles de mendocinas y mendocinos. Cornejo, como ya es habitual, habla de la modernización del Estado y la gestión eficiente sin embargo omitió hacer referencia a la ineptitud de algunos ministros o que en su gestión fue la primera vez en la que, sin mediar una catástrofe natural o una crisis económica de magnitudes históricas, se tuvo que modificar el calendario vendimial porque estaban en riego la vida de los trabajadores y el público.
Además, el gobernador, haciendo gala de su desconocimiento, señaló que pretende obligar a las personas privadas de su libertad a trabajar, cuando en Mendoza el 80% de la población carcelaria trabaja o estudia. Su “propuesta” es reñida con la legislación nacional que indica que no se pude obligar a los presos a trabajar. La legislación vigente, además, dice que se deben garantizar plenos derechos laborales a quienes realicen tareas dentro de los penales.
Sencillamente fue un discurso en el que Cornejo, al igual que Macri, demostró que desconoce la realidad que vive la mayoría del pueblo trabajador de Mendoza. |