Para los amantes de las teorías conspirativas Estados Unidos se convirtió hoy en un paraíso. A tan solo un día de haber despedido al director del FBI, James Comey, Trump se juntó hoy con el canciller ruso Seguéi Lavrov. La reunión no tendría nada de raro si no fuera por las acusaciones de que el despido de Comey está sustentado en el intento de desviar o entorpecer la investigación sobre las relaciones que la campaña de Trump tuvo con el Kremlin antes y después de las elecciones.
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Trump recibió este miércoles en la Casa Blanca a Lavrov para celebrar una reunión a puerta cerrada en el Despacho Oval. Se trata del contacto de más alto nivel de Trump con el Kremlin desde su llegada a la Casa Blanca el pasado 20 de enero.
Lavrov se permitió bromear sobre el despido de Comey en una rueda de prensa que dio junto al Secretario de Estado estadounidense Rex Tillerson, durante la mañana, antes de visitar a Trump.
Ante la pregunta de una periodista sobre si el tema del despido del director del FBI proyectara "su sombra" sobre la reunión, Lavrov respondió "¿Fue despedido? ¿Estás bromeando? ¡Estás bromeando!". Y con una sonrisa abandonó la sala junto a Tillerson.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, afirmó este miércoles que Rusia espera que la destitución de Comey no afecte a las relaciones bilaterales entre Moscú y Washington.
"Confiamos en que esto (la destitución de Comey) no influya de ninguna manera (en las relaciones bilaterales)", dijo Peskov a la prensa.
La Casa Blanca no ha dado detalles sobre los temas que prevén abordar hoy Trump y Lavrov, pero la semana pasada el presidente estadounidense y su homólogo ruso, Vladímir Putin, identificaron a Siria como su área prioritaria de diálogo durante la conversación telefónica que mantuvieron.
Según anunció el martes la Casa Blanca, Trump ha autorizado proporcionar armas pesadas a la principal milicia kurda, las Unidades de Protección del Pueblo (YPG, por sus siglas en kurdo) para recuperar la ciudad siria de Al Raqa. El anuncio fue considerado inaceptable para el gobierno Turco que persigue, reprime y encarcela a la minoría kurda al interior de Turquía, mientras que bombardea sus posiciones en Siria.
Aunque la crisis en Siria y la intervención unilateral las diferentes potencias regionales como imperialistas es el telón de fondo de la reunión con Lavrov, la visita del canciller ruso se da en un momento de menor tensión que la que Tillerson realizó a Rusia hace un mes, a tan solo unos días de la decisión de Trump de ordenar un bombardeo contra una base aérea del régimen sirio. En ese momento ambos cancilleres tuvieron que reconocer que las relaciones entre ambos países se encontraban en uno de sus puntos más bajos. Un mes después, los ataques químicos y sus víctimas en Siria parecen haber quedado en el olvido. Lavrov y Trump podrían intentar resetear la relación entre ambos países, pero quieran o no "la sombra" de Comey los acompaña en esta reunión. |