No conforme con mandar borrar la pinta que realizamos en la explanada de la institución y de amenazar en un comunicado a quienes intentamos organizarnos y manifestarnos contra las violencias machistas, el feminicidio, la homolesbotransfobia, por las migrantes y los derechos de todas las mujeres, López Rueda quiere ahora intimidarnos y video-grabarnos con las cámaras de vigilancia que ordenó colocar en varios puntos de la escuela.
La explanada, lugar hacia donde apunta directamente una de las cámaras, ha sido testigo y centro de reunión de las luchas que los estudiantes y maestros de la ENSM hemos dado contra los ataques del gobierno a la educación y los derechos de los trabajadores.
La instalación de cámaras en la ENSM no es para mejorar la “seguridad” de la comunidad, sino para amedrentarnos y “disuadirnos” de realizar acciones “no autorizadas”
Hemos luchado por mejores condiciones para nuestra escuela; por que se respete y cubra la matrícula, sin excluir a nadie; por becas para todos y plazas para los egresados; contra la reforma educativa de Peña y los partidos del Pacto por México, impuesta a sangre y fuego con un saldo de varios asesinados y cientos de despedidos en todo el país, que privatiza la educación, liquida nuestros derechos como futuros maestros y busca acabar con el normalismo. También dejamos las aulas y salimos a las calles por nuestros 43 compañeros normalistas de Ayotzinapa.
Las autoridades contra el normalismo
La violencia e inseguridad que padece la mayoría de la población dentro y fuera de las escuelas, responde a causas profundas, como la miseria, los bajos salarios, la súper explotación y la falta de empleo, agravados por las reformas neoliberales. Aumentar la presencia y vigilancia policiaca no sólo no resuelve el problema de la “inseguridad”, sino que le da más poder a las fuerzas represivas del Estado, involucradas en el narcotráfico, la trata de mujeres y otros delitos, para golpear a los normalistas que luchan y al resto de los movimientos sociales.
Desde el 2010, se instalaron cámaras en toda la ENSM, ante lo cual se generó un movimiento de estudiantes y maestros que se opuso y logró el compromiso del director de que se mantendrían apagadas. Violando este acuerdo y contra la voluntad de la comunidad, ahora López Rueda instaló nuevas cámaras que se dispone a usar. Mientras los policías privados y auxiliares de la entrada anotan cada movimiento de los estudiantes que hemos sido señalados por las autoridades como revoltosos.
La instalación de cámaras en la ENSM no es para mejorar la “seguridad” de la comunidad, sino para amedrentarnos y “disuadirnos” de realizar acciones “no autorizadas”, bajo la amenaza de ser sancionados. Quieren impedir así que los normalistas nos organicemos y nos unamos con nuestros compañeros de otras normales y los maestros combativos, contra la reforma educativa y el resto de las reformas estructurales.
Como ejemplo, basta recordar las denuncias que interpuso la SEP en el 2013 contra compañeros de la Benemérita Escuela Nacional de Maestros (BENM) que lucharon contra la reforma educativa y por los 43. Así como las detenciones de cientos de normalistas en Chiapas, Oaxaca, Guerrero y Michoacán, cuando han salido a manifestarse por su derecho al trabajo y en defensa de sus escuelas. Pero la represión no se restringe al normalismo. Recientemente, en el CCH Sur las autoridades quisieron llevar a juicio ante el Tribunal Universitario a estudiantespor manifestarse contra Trump y el imperialismo yanqui.
Se evidencia así la intención de los personeros del gobierno y el régimen de sofocar e impedir el surgimiento de cualquier manifestación estudiantil y popular que pueda amenazarlos, ante el profundo desprestigio que arrastran.
Más allá de las normales, similares recursos represivos utiliza el gobierno de Mancera para acallar las protestas en la CDMX, haciéndole el trabajo sucio a Peña Nieto. No obstante, en esta ciudad llena de cámaras que registran el exceso de velocidad de los automóviles, desaparecen 3 mujeres al día.
Más aún, la policía que reprime y asesina a los maestros y normalistas cuando se movilizan, es la que Peña Nieto y Nuño metieron a las escuelas con el “Operativo Mochila”, para supervisar que los maestros revisen las pertenencias de los alumnos. Buscan así hacer actuar a los maestros como gendarmes frente a los alumnos y los padres de familia, para dividirlos y que no vuelvan a unirse como lo hicieron imponentemente en la lucha contra la reforma educativa.
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Más vigilancia, menor educación
El presupuesto para la educación, la investigación y la cultura decaen, mientras aumenta para el ejército y las policías. Mientras las normales se hunden por falta de recursos, para becas, equipo, material didáctico, instalaciones dignas, difusión y un largo etc., el director de la ENSM y las autoridades de la SEP prefieren destinarlos para cámaras.
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Frente a esto, los normalistas debemos organizarnos grupo por grupo y escuela por escuela, de manera amplia, unitaria y democrática, para impedir que nos arrebaten nuestro derecho a la protesta. Desde la Agrupación magisterial y normalista Nuestra Clase, exigimos la desinstalación inmediata de todas las cámaras de vigilancia en la ENSM y las demás normales.
Nos pronunciamos contra la represión al movimiento estudiantil y popular, así como en defensa de nuestro derecho democrático a la libre manifestación. Para luchar por echar abajo la reforma educativa y ¡por el rescate de las Normales en todo el país con la asignación de mayores recursos, controlados por toda la comunidad. |