Hace tan solo doce meses, la comunidad educativa apareció como una brújula en el camino de los que querían frenar los avances que hacen retroceder. Estudiantes, docentes y no docentes se plantaron en una marcha de 50 mil personas, una de las más grandes convocatorias de los últimos años, y le advirtieron a Macri que había una fuerza social que impediría que sus planes de ajuste pasen fácilmente.
Hoy, cuando se cumple un año de esa, que fue una de las primeras manifestaciones masivas contra el gobierno de Macri, distintas federaciones estudiantiles, y gremiales docentes y no docentes convocan a una nueva marcha educativa. Será a partir de las 17 hs en Congreso, para marchar a Plaza de Mayo. Es una nueva medida después de jornadas de paro durante toda la semana pasada , con gran acatamiento en varias facultades.
Lo que se reclama son condiciones mínimas para que siga funcionando la universidad pública: un 35% de aumento para el resaltado convenio docente, que cobren todos los –mal llamados– "ad honorem", que se implemente el boleto educativo gratuito, y que se aumente el presupuesto en todas las universidades nacionales.
Es que cuando hay crisis, hay ajuste. Y cuando hay ajuste, la educación pública es uno de los blancos preferidos del gobierno y de los empresarios. Y cuando atacan a la educación pública, la respuesta está a la orden del día.
El año pasado, con el cierre de las paritarias terminó una etapa. La gran “lección” que dejó el 12M fue que las fuerzas y las ganas para enfrentar al macrismo están. Algo que se volvió a ver este año con la lucha de los docentes. El gobierno ofrece aumentos miserables mientras invierte fortunas en nuevas tecnologías para reprimir, o le quita las retenciones a las mineras mientras tres de cada cuatro estudiantes universitarios abandonan sus estudios por falta de tiempo o recursos.
En lo que va del año ya se han realizado varias jornadas de paro y clases públicas.
En los cursos de las facultades, los terciarios y los colegios, los estudiantes están discutiendo lo difícil que se hace llegar quemados de los trabajos a cursar, nunca tener tiempo para estudiar en casa, o directamente tener que dejar materias. Junto con los docentes, miles son los que padecen un sistema que quiere dejar relegada la educación pública a ser un privilegio para pocos.
Es ahí donde está la fuerza para frenar el ajuste. En distintas facultades está empezando a plantearse una campaña que ya da que hablar.
“Nuestras vidas, –y nuestra educación–, valen más que sus ganancias”. Con este lema, En Clave Roja y Contraimagen, agrupaciones conformadas por militantes del PTS y estudiantes independientes, referenciados en el Frente de Izquierda de Nicolás del Caño y Myriam Bregman, están intentando llevar esta discusión hasta el último rincón de la universidad, y hoy van a llevar esa idea a la movilización.
Es que no va más. No podemos seguir dejando nuestras vidas en trabajos que ni siquiera nos sirven para llegar a fin de mes. No podemos seguir abandonando las universidades porque el macrismo, en vez de poner plata para becas integrales que garanticen que nadie abandone, y que todos los que quieran estudiar puedan hacerlo, prefiere darle millones a las grandes empresas.
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