El 17 de mayo de 1990 la Organizacion Mundial de la Salud (OMS) eliminó a la homosexualidad del listado de enfermedades mentales, luego de décadas en la queesta fuese considerada una perversión posible de ser tratada. La OMS es el organismo de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) especializado en gestionar políticas de prevención, promocíon e intervención en salud a nivel mundial.
Este organismo internacional, al igual que el resto que dependen de la ONU, tiene una gran dependencia de las principales potencias imperialistas, además de estar expuesta al lobby empresarial de sectores como el farmacológico. Una de las últimas actuaciones por las que cobro notoreidad este organismo fue la crisis del Ebola en Africa, donde la falta de recursos y personal se cobró la vida de miles de personas.
Patologización: "Los enfermitos"
El considerar a la homosexualidad como una enfermedad mental implico que por largo tiempo la psicología y la psiquiatría considerase a las personas homosexuales como perversas. Aquellos cuyos deseos se desviasen de lo supuestamente "normal" eran objeto de la psicopatología, rama encargada de corregir estas formas "no naturales". Hoy en día son conocidas las consecuencias de los tratamientos que proclamaban curar la homosexualidad, los cuales muchas veces implicaban torturas, adoctrinamiento y la muerte.
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Siendo generosos, hasta por lo menos 1990 la formación académica y la practica profesional de la psicología y psiquiatría consideraba a los homosexuales enfermos y desviados. Desde una visión que reduce la sexualidad humana a la biología cubrió con un manto de validez esos tratamientos. Fue totalmente funcional a una moral conservadora que sostiene a la familia tradicional, y la división de los roles sociales dependiendo si se es un hombre o una mujer. Una moral que llevo a miles a la muerte por el prejuicio, la pobreza y la persecución policial.
Cabe preguntarse que rol tuvo esta visión entre el personal de salud que enfrentaba a la pandemia del VIH-SIDA en sus orígenes. ¿Será que varios consideraban a sus pacientes como enfermos mentales también, perversos merecedores de su enfermedad? ¿Será que estos prejuicios fomentaron la desinformación impulsada por los medios y los gobiernos, que llevo a la persecución y marginalización que se sufrió? Seguramente sea esta visión, que deshumaniza a todos los que no se adapten a la norma, la que logro que el SIDA fuesen conocido como "La Peste Rosa" cuando las principales afectadas son las mujeres heterosexuales pobres.
Seria ingenuo pensar que el combate contra esa visión esta acabado. Hoy en día, catalogado como disforia de genero, continua tratándose de enfermas a las personas transexuales, por identificarse como hombre o mujer mas allá de los genitales con los que hallan nacido. En la Facultad de Psicología de la UBA, docentes como Schejtman promueven como necesaria la patología ion de la las practicas sexuales "anormales" ante la proliferación masiva de supuestas practicas perversas.
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Es erroneo considerar esos posicionamientos como cuestiones de la época. El marxismo revolucionario desde un comienzo se posicionó contra la penalización de la homosexualidad, cuestionando la hipócrita moral burguesa que condenaba la libertad sexual a permanecer atada y sometida a las miserias de la vida. La construcción conciente de un mundo sin explotados ni oprimidos requiere de la lucha contra los prejuicios que nos dividen, esten estos cubiertos por el manto de la religión, o por un supuesto objetivos no científico. | 
