Tras el despido de 22 enfermeras se realizó en la puerta de la Clínica Sagrado Corazón de la localidad de Hurlingham el reclamo por salarios adeudados, indemnizaciones no pagadas y reincorporación de despedidos.
Esta clínica suma a su nefasto historial de maltrato a los pacientes, trabajadores y negociados con la salud a través de PAMI denunciados en reiteradas ocasiones, en este caso, despidiendo nuevamente, dejando en la calle 22 enfermeras.
Este jueves 18 se movilizaron a la puerta de la Clínica los trabajadores despedidos junto a sus familias, luego de que la empresa no se presentara en la primera audiencia en el Ministerio de Trabajo. Buscando hacer pública su lucha y forzar así una resolución favorable en la audiencia convocada para este próximo 23.
Mónica, enfermera despedida relato: "Vine a trabajar el 1° de Mayo, haciendo lo imposible por llegar y me encuentro con que no me dejaban pasar porque tenían un telegrama de despido. Me volví a mi casa pensando en los pacientes que quedaron sin atención... acá en esta clínica muchas veces faltan insumos sin embargo como yo digo, enfermería es ciencia y arte, y sacaba recursos de donde no los tenía tratando de brindarles la mejor atención aunque muchas veces no contamos ni con guantes. Muchas compañeras no quieren volver por el maltrato, solo reclaman la indemnización, yo quiero volver a recuperar mi trabajo por los abuelos."
A su vez, Mabel, también enfermera despedida manifestó: “Me echan con parte de enferma, yo trabajaba 14 horas. La empresa nos hostigaba y sometía a trabajar en condiciones infrahumanas con recursos insuficientes como por ejemplo racionar los pañales. Herramientas de trabajo no nos dieron nunca pero si exigencias. Las condiciones son de explotación y trabajo en negro y no nos permiten elegir delegados."
Los despidos, malos tratos, precarización, jornadas extenuantes, no son ninguna novedad en la Clínica Sagrado Corazón. Con el correr de los años esta clínica se ha convertido en un claro ejemplo de los negociados en salud, donde a pesar de infinidad de denuncias y la falta de condiciones laborales que repercuten sobre la atención de los pacientes y la salud misma de los trabajadores sus directivos, a pesar de tener inhibiciones para salir del país, como es el caso de la Gerente General Mercedes Martínez, siguen facturando millones de las obras sociales con la clara complicidad de los gobiernos de turno.
