El fiscal federal Federico Delgado invitó a los ex directivos de la empresa Odebrecht a sumarse a la ley del arrepentido para declarar sobre los sobornos que les pagaron a funcionarios argentinos.
Delgado les mandó un oficio a los representantes de la empresa brasileña en el que invitó "a la firma (en los términos de los artículos 8 y concordantes de la Ley 27.304) a realizar un ofrecimiento en el plazo de cinco días". Se trata de la ley del arrepentido, que prevé una reducción de la condena en el juicio oral para quien dé información verificable de personas superiores vinculadas al hecho de corrupción que se investiga.
Los apoderados de Odebrecht se presentaron la semana pasada en las tres causas abiertas en la Justicia argentina y ofrecieron un acuerdo de colaboración para dar información sobre los 35 millones de dólares en coimas que pagaron a funcionarios argentinos, según reconocieron en una confesión que hicieron los Estados Unidos.
Los directivos pidieron someterse a un acuerdo similar al que firmaron en Brasil, es decir, que no tengan una causa penal ni civil, que no se embargue ningún bien o cuenta de la empresa y que no se modifiquen los contratos pasados y actuales que la compañía tiene firmados.
Pero esos pedidos no están previstos en la legislación argentina, por lo que solo es viable la figura del arrepentido.
Desde la izquierda se había rechazado el año pasado la aprobación de esta ley. Myriam Bregman había señalado en su momento su negativa “a que nos vengan con el cuentito del arrepentido. Si quieren investigar hagan auditorías, abran todos los libros de contabilidad de las empresas que están ligadas a la obra pública. Que sean investigadas con representantes elegidos por los trabajadores y las universidades públicas. Ellos seguro que van a saber investigar y saber toda la corrupción que hay ligada a la obra pública en la Argentina”.
Bregman también había dicho que la incorporación del “arrepentido” para casos de corrupción “intenta basarse en un profundo rechazo popular” a la “apropiación de los fondos públicos, las fortunas hechas a fuerza del narcotráfico y la trata de personas, que indefectiblemente quedan impunes mientras sus protagonistas viven en los mejores barrios privados”.
Pero como esos delitos son protagonizados por capitalistas protegidos, por miembros de los poderes del Estado y por integrantes de las fuerzas de seguridad, para la referente de la izquierda “la promesa del arrepentido” lejos de ser un aporte a terminar con la corrupción terminará sirviendo para que caigan, en todo caso, los “perejiles” y sigan salvándose las cabezas del gran delito. |