En la edición del domingo 23 de noviembre, el diario Clarín publicó los trascendidos de la comunicación telefónica entre la presidenta Cristina Kirchner y el secretario de Seguridad, donde éste cuestionó la actitud adoptada por el bloque oficialista a favor del diputado Del Caño. Según este diario, la Presidenta se comunicó con Berni para expresarle su apoyo.
Luego del repudio en el Parlamento, la denuncia llegó a la Justicia. El diputado del PTS/FIT Nicolás del Caño la presentó en el juzgado de Sandra Arroyo Salgado, la misma jueza que había ordenado cada una de las represiones previas pero, en vistas del escándalo, ordenó el retiro de la Gendarmería de todo operativo que realice Berni frente a las medidas de lucha de los obreros de la autopartista multinacional Lear. Un duro golpe para quien tenía a esa fuerza “carancha” como un ejemplo represivo. Un pequeño gran triunfo logrado por los trabajadores y la izquierda.
Las crisis dentro del oficialismo por el accionar y por las declaraciones de Berni se venían expresando moderadamente, pero siempre cerraban filas ante las políticas represivas del Gobierno nacional. Pero aquel feroz ataque de la Gendarmería, en el que disparó balas de goma contra una manifestación pacífica, hiriendo al diputado Del Caño y a otras cincuenta personas obligó al bloque oficialista a sumarse al repudio social y al apoyo que recibía Del Caño de parte de los bloques opositores.
Además, la denuncia del diputado en el recinto fue contundente cuando sostuvo que “es la tercera vez consecutiva que tenemos que venir a esta Cámara a presentar una cuestión de privilegio ante los ataques que sufrimos cuando nos solidarizamos con los trabajadores de Lear”. Y agregó que “este ataque por parte de la Gendarmería fue un salto en calidad. ¿La próxima vez va a ser con balas de plomo?”.
Si bien el pronunciamiento del FpV contra la represión del 23 de octubre es significativo, porque a pesar de que el oficialismo permitió la ilegalidad de la empresa y sus aliados del SMATA al tiempo que daba vía libre a Berni para reprimir, no se puede interpretar como contrario a las políticas represivas del Gobierno. Fue este mismo bloque el que intentó convertir en ley una reglamentación antipiquete, y el que hoy, junto a la oposición, discute la reforma del Código Procesal Penal, que intentan que sea más represivo aún que el anterior.
Mientras la lucha inagotable de los trabajadores de Lear continúa, el Gobierno debe moderar sus ataques represivos si no quiere seguir perdiendo parte de su base social progresista. Por eso elige, frente a las crisis que genera las intervenciones explosivas del secretario de Seguridad, correrlo del centro del escenario. El protagonismo de Berni hoy está puesto en “prevenir” el gran delito y preparar a todas las fuerzas represivas, en lo que asegura el Gobierno nacional, será un diciembre caliente. Lo que demuestra que, más allá de los enojos con sectores del oficialismo, Berni continúa construyendo su imagen de garante de la “Seguridad” y la mano dura contra la protesta social.
Scioli, admirador de Berni
El gobernador bonaerense Daniel Scioli participó en la reunión nacional del Consejo de Seguridad Interior, junto a la ministra de Seguridad María Cecilia Rodríguez y el secretario de Seguridad. En este encuentro, Scioli destacó la labor que viene realizando Berni en el área de seguridad y reconoció el trabajo de "un hombre que combina esa formación profesional de abogado y médico con los valores formados en el Ejército argentino". Berni devolvió los elogios y aseguró que el gobernador "ha tomado con mucho coraje, con mucha decisión y con mucha valentía un cambio estructural en el esquema de seguridad en la provincia de Buenos Aires”. Un intercambio de elogios entre dos representantes de la mano dura y la represión.
En menos de una semana, el precandidato presidencial del FpV se mostró dos veces con Sergio Berni, y los sciolistas difundían las fotos de ambos encuentros: el primero en un seminario de seguridad convocado por la fundación TAEDA de Mario Montoto (ex jefe montonero devenido empresario de alarmas, cámaras y sistemas de vigilancia) y el segundo, el pasado 19 de noviembre en Pilar, en la reunión del Consejo de Seguridad Interior.
Según transcendidos, Scioli pidió “medir” al exmilitar para la disputa en el territorio bonaerense, y dicen que los resultados han sido “altamente positivos”. Los sciolistas se proponen poner la lucha contra la inseguridad como una de las principales banderas de campaña. Y Berni representa el reclamo de mano dura proclamado por algunos sectores en todo el país.
Los acuerdos y la colaboración entre el funcionario nacional y el gobierno sciolista continuó. El pasado miércoles, Sergio Berni y su par bonaerense, Alejandro Granados, se reunieron con jueces y fiscales provinciales y federales, con los que planificaron un protocolo de actuación si el reclamo por el bono de fin de año llega a las calles. Un protocolo que acompañará a la negativa del Gobierno a otorgar una remuneración extra que compense el aumento de la canasta familiar que provoca la inflación.
Si Berni ha perdido peso en la consideración interna del peronismo (luego de que lo quería Scioli y lo promocionara La Cámpora), no se debe a ningún mérito de los sectores progresistas del kirchnerismo sino a la derrota política, en su propio terreno de la Panamericana, que le propinaron los obreros combativos de Lear y la izquierda |