Los condenados, Aníbal Leiva y Juan González. Archivo.
El viernes por la tarde se leyó la nueva sentencia que recibieron los policías Aníbal Leiva y Juan González, encontrados culpables en el abuso sexual de una joven de 17 años en mayo de 2012. Leiva fue condenado a diez años de prisión y González a ocho. La fiscalía había pedido una condena de 15 años.
Leiva fue encontrado culpable de los delitos de abuso sexual con acceso carnal agravado por su condición de empleado de la fuerza policial al momento de los hechos y de exacciones ilegales, mientras que González fue condenado a 8 años como partícipe necesario de la violación. Ambos fueron llevados inmediatamente al penal de Villa Urquiza, donde cumplirán la condena.
El juicio a los dos oficiales debió realizarse nuevamente, ya que la Corte Suprema provincial había revocado la primera condena de diez años para Leiva y cinco para González. En febrero de 2015, la sala VI de la Cámara Penal había fallado con el voto de las vocales Marta Cavalloti y Stella Maris Arce. El voto en disidencia de Alicia Freidenberg habilitó un tecnicismo por el cual el máximo tribunal revocó la sentencia y ordenó volver a foja cero. El nuevo fallo fue firmado por los jueces de la sala III, Rafael Macoritto, Dante Ibáñez y Carlos Caramutti.
El 22 de mayo del año 2012, la joven (tenía en ese momento 17 años) se encontraba en el parque 9 de Julio con su novio. Pasada las 22, dos policías se acercaron con la excusa de pedir papeles de la moto en la que ellos circulaban. Tras un intento fallido de conseguir una coima, tras varias amenazas, uno de los policías se llevó a la menor y abusó de ella en el mismo parque.
Desde sus inicios, la causa estuvo plaga de irregularidades. En la noche de los hechos, la madre de la joven realizó la denuncia en una comisaría cercana y desde ese momento la policía no paró de encubrir a Leiva y González, obstaculizando cada procedimiento.
Como de costumbre Cergio Morfil, habitual abogado de policías, recurrió a argumentos provocadores y aberrantes para pedir la absolución. Sostuvo que la menor “no se resistió” al momento del abuso, entre otros argumentos responsabilizando a la víctima.
Cinco años pasaron para que la joven y su familia logren un poco de justicia. En el medio tuvieron que enfrentar a un aparato represivo que hizo lo posible para entorpecer la causa y un Poder Judicial que posibilitó una impunidad que llegó a su fin. |