En 1987, la Red de Salud de las Mujeres Latinoamericanas y del Caribe (RSMLAC), hizo la propuesta de instaurar un día de acción global a favor de la salud de las mujeres. En 1988 se conmemoró el primer 28 de Mayo con el lanzamiento de una campaña de prevención de la “mortalidad materna”. Más adelante esta campaña incorporó el reclamo por los derechos sexuales y reproductivos. Desde esa fecha hasta ahora hubo llamados a la acción a nivel internacional, priorizando temas como el grave impacto del aborto clandestino y los derechos sexuales y reproductivos.
En Argentina, desde la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto anunciaron que exigirán al Estado “políticas que garanticen el derecho a la vida”, de las mujeres, como el derecho a la educación sexual integral, a la anticoncepción gratuita y al aborto legal, seguro y gratuito en los hospitales. “Ni muertas ni presas, vivas nos queremos”, afirmaron.
La muerte tiene cara de mujer
Si bien no hay cifras oficiales en nuestro país sobre aborto, se estima que se realizan 500.000 abortos cada año. Unas 60 mil de esas mujeres llegan anualmente a los hospitales públicos por abortos mal practicados. Y por cada uno de estos casos, hay otros dos que no se registran. La mayoría de ellas son mujeres jóvenes y pobres, que no tienen dinero para acceder a un aborto seguro, porque es una práctica ilegal y clandestina, que se realiza en condiciones de salubridad para quienes pueden pagarlo y bajo terribles condiciones para quienes no tienen dinero.
Por eso muchas de esas mujeres, aunque logren llegar a un hospital, mueren. Son más de 300 las mujeres muertas cada año, en lo que ya se ha convertido en la primera causa de muerte de mujeres gestantes.
En paralelo, en aquellos casos donde el aborto no está penalizado por la ley (si corre riesgo la vida de la gestante o si es un embarazo producto de una violación) tampoco se cumple el derecho de las mujeres. Y si una mujer acude a un hospital en alguna de estas situaciones, puede ser encarcelada como pasó con el caso de Belén en Tucumán.
Femicidios cotidianos que tienen a los gobiernos de turno y a las instituciones del Estado como principales responsables.
Demagogia para todos y todas: lo que Cristina calló y Vidal niega
En los últimos años las mujeres han accedido a cargos políticos importantes, pero esto no ha significado avances en cuanto al derecho al aborto para las mujeres.
Cristina Fernández reapareció el último jueves, dando una larga entrevista televisiva como lanzamiento de la campaña electoral, en la que en hizo comentarios favorables a las mujeres. Pero no mencionó en ningún momento la enorme lucha que vienen llevando adelante las mujeres de nuestro país para terminar con los femicidios, que se expresó masivamente con el grito de #NiUnaMenos.
Tampoco hizo mención al derecho al aborto. No sorprende. Durante los doce años que el kirchnerismo gobernó el país, sistemáticamente se cajoneó el proyecto de ley por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito que en más de una oportunidad la Campaña por el Derecho al Aborto y las organizaciones sociales, feministas y políticas de izquierda presentaron para que se trate en el Congreso. Bajo expresa negativa de Cristina Fernández de Kirchner, este proyecto ni siquiera pudo ser dabatido en todas las comisiones y mucho menos en el recinto del Congreso. Aunque cuenta con decenas de firmas de los distintos bloques, la alianza entre oficialistas y opositores, lo impidió, y sólo el Frente de Izquierda mantuvo sin fisuras su apoyo al proyecto.
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Por su parte María Eugenia Vidal, antiabortista declarada, como gobernadora de la provincia de Buenos Aires, se negó a aplicar siquiera el Protocolo de Atención de los abortos no punibles. Esto también sucede en otras provincias, como Chaco o Mendoza, donde este derecho sigue sin estar garantizado. El aborto no punible es un derecho que está garantizado por el Código Penal desde principios del siglo pasado y no se cumple.
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Mientras tanto, el presidente Mauricio Macri no se queda atrás, y afirmó, en varias oportunidades que “ni pensaba” despenalizar el aborto. Tampoco en tomar medidas públicas que permitan luchar contra la violencia hacia las mujeres y terminar con los femicidios.
Derecho al aborto, derecho a la vida de las mujeres
Las instituciones del Estado, los gobiernos de turno, los partidos patronales y la jerarquía de la Iglesia siguen negando a las mujeres su derecho a decidir y no morir en la clandestinidad de un aborto.
La enorme presión ejercida por la jerarquía de Iglesia Católica fue un factor determinante para que en todos estos años el parlamento se niegue a debatir, despenalizar y legalizar el derecho al aborto. Todos los partidos patronales se disciplinaron a la jerarquía eclesiástica para no sancionar leyes favorables para las mujeres. Mientras tanto entre todos ellos impera una doble moral discursiva; mientras se fotografían con carteles que dicen “NiUnaMenos”, niegan a las mujeres este derecho elemental.
Tal como la multitudinaria manifestación del pasado 8 de marzo, en el marco de un #ParoInternacionalDeMujeres, las mujeres saldrán nuevamente a las calles a pelear por sus derechos el próximo 3 de Junio.
¡Vivas nos queremos! tiene que escucharse bien fuerte el próximo sábado, cuando se cumplan tres años de la primera movilización que impuso en Argentina, y en el mundo, el grito de #NiUnaMenos.
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