Arsenio Erico
Cuando hablamos de goleadores, el máximo de Argentina es Arsenio Erico, oficialmente tiene 293 tantos convertidos en 332 partidos, aunque algunos historiadores (como Claudio Keblaitis) le dan 295. Recordemos que en aquellas épocas no había números en las camisetas, todo era mas confuso, y en algunos partidos se contabilizaban los goles en contra como propios. Este cronista, tiene comentarios de un mismo partido, en el cual tres medios gráficos distintos adjudican un gol a dos o tres jugadores.
Pero volvamos a Arsenio Pastor Erico Martínez, paraguayo, de Asunción, quien es considerado por la FIFA como el mejor jugador paraguayo de todos los tiempos. Erico empezó su carrera en el Club Nacional de Asunción a la edad de 15, en Primera División.
En 1932 estalló la Guerra del Chaco entre Paraguay y Bolivia y como Erico aún no tenía edad de ser enrolado, le permitieron acompañar una gira en una selección de la Cruz Roja con fines de recolección de fondos. Ahí, el chico deslumbró en tierras argentinas. Le echaron el ojo dirigentes de River Plate e Independiente, mas fueron los de esta última entidad quienes pudieron hacerle firmar un contrato profesional. Pero había un inconveniente: Erico debía eventualmente hacer la conscripción efectiva en su patria que estaba en guerra. Los argentinos le consiguieron un permiso especial del Ministerio de Defensa guaraní, de modo que Erico pudo iniciar su brillante carrera en Argentina.
Debutó el 6 de Mayo de 1934 contra Boca, a los 19 años; ese día no marcó. En la siguiente fecha contra Chacarita logra su primer gol; dos años de lesiones lo marginaron de los campos de juego, hasta que en 1937 desencadenó todo su potencial: 48 goles en 34 partidos (1,43 por partido); hoy día con las actuales defensas cerradas esto parece imposible. Los que vinieron, dos años excepcionales: 66 partidos jugados, 52 ganados, 5 empatados y 9 perdidos. Algunos expertos mundiales ubicaron a Independiente de 1938/39 como uno de los mejores equipos de la historia mundial junto con el Real Madrid de Alfredo Di Stéfano, el Brasil de1970 con Pelé y otros más.
En 1942, Erico tuvo discusiones con los nuevos dirigentes de Independiente (pidió un aumento en su contrato), y se marchó al Paraguay. Ahí saldó una vieja deuda personal y familiar: sacar campeón a Nacional. Independiente recibió ofertas por él desde River Plate (por 100.000 pesos) y desde San Lorenzo de Almagro pero la hinchada roja no quería verlo vendido a una potencia rival y primó más el amor de la gente del club por su ídolo guaraní. De modo que no fue vendido, le hicieron un suculento contrato nuevo (muy pocos en la historia jugaron por la camiseta) y volvió en 1943.
Luego de una lesión en los meniscos, de la que nunca se recuperó, Independiente vendió el pase de un maduro Erico a Huracán donde llegó a jugar siete partidos oficiales sin marcar ningún tanto antes de decirle adiós al fútbol argentino, cerrando su récord de 293 (o 295) goles.
Ángel Amadeo Labruna
El segundo hombre en esta lista es Angel Amadeo Labruna, tiene 292 goles conquistados, aunque el investigador Carlos Yametti del CIHF (Centro de Investigadores de la Historia del Fútbol), encontró un tanto más en su haber, igualmente su segundo puesto no peligra, ya que al tercero (Herminio Masantonio, del cual luego nos ocuparemos) le lleva 37 goles...
Apodado "El Feo", jugó (en Primera División) en un solo club, River Plate, la friolera de 515 partidos oficiales, lo que le da un promedio de 0,56 de promedio de gol.
Es el mayor goleador del clásico Boca - River, con 16 goles. Se inició en las inferiores del club cuando éste estaba ubicado en Alvear (Libertador) y Tagle; el 18 de Junio de 1939, por una huelga de jugadores del club, por una sanción a José Manuel Moreno, le tocó debutar en 1º División.
Muy dotado técnicamente, vivo e increíblemente efectivo en el área, 20 años en la primera de River, formó parte de "La Máquina", Muñoz, Moreno, Pedernera, Labruna y Loustau, según algunos expertos, la mejor delantera de la historia del fútbol argentino.
En la Selección nacional jugó el Mundial de Suecia en 1958. Con la casaca argentina, jugó 37 partidos con 17 goles convertidos.
En el final de su carrera jugó 2 partidos en Platense (en 1º B), donde era técnico y jugador a la vez. Tuvo unos últimos intentos de seguir en Rangers de Chile y en Rampla Juniors de Uruguay.
De pronto comenzó su exitosa carrera como técnico, fue "espía" de Néstor Rossi en River. En 1966 Defensores de Belgrano venía último, le ofrecieron a Labruna la dirección Técnica, el equipo terminó quinto, en 1967 fue campeón de la B.
Volvió a River en 1968, tuvo que soportar varios sub-campeonatos, hasta el triunfal en 1975. Era un hombre que despreciaba las tácticas, solía decir, "¡Juguemos como siempre!!"...
En 1981, otra vez en "La Banda", lo pusieron de Manager de River (el D.T. era Di Stéfano), pero no sentía la función y se fue a dirigir a Talleres de Córdoba.
En 1983, ya en Argentinos Juniors, murió de un ataque cardíaco el 19 de Septiembre, a los 65 años de edad, cuando tenía acordado un nuevo regreso a River.
Este cronista recuerda que cada vez que Labruna entraba a "La Bombonera", se llevaba la mano a su nariz y la apretaba, para demostrar que allí sentía mal olor, la hinchada "Xeneize" se lo quería comer. Pero antes que todo, él era Hincha de River, su imágen es River 100%.
Herminio Masantonio
Herminio Masantonio en la tapa de El Gráfico
Y para terminar esta crónica de hoy, el tercero de esta lista es Herminio Masantonio. Nació en Ensenada, Provincia de Buenos Aires el 5 de Agosto de 1910. Centrodelantero, ídolo de Huracán, convirtió 256 goles oficiales (algunos le adjudican 259), 254 (o 256) en "El Globito" y 2 en Banfield (en 1944), ya en el ocaso de su carrera; jugó 358 partidos, lo que le da un promedio de 0,71 de promedio de gol. En 1943, jugó en Defensor de Montevideo.
Su carrera como futbolista comenzó en el Club Sportivo Villa Albino de su ciudad natal, para pasar luego a Huracán gracias al esfuerzo de Tomas A. Ducó. Debutó haciéndole 3 goles a Quilmes.
Entre 1935 y 1942, jugó 19 partidos en la Selección Nacional y marcó 21 goles, (es el futbolista con mejor promedio de gol en la Selección, 1,10).
En 1937 y 1939 marcó 28 goles en cada torneo; a pesar de ser el tercer scorer histórico de Argentina, nunca fue máximo goleador en un torneo, prueba de la calidad de jugadores que había por aquellas épocas.
En 1996, frente a la sede del Club Atlético Huracán, se inauguró el primer monumento en Latinoamérica de un futbolista (Masantonio), proyectado por el ingeniero Manuel Vila, y el autor del bajo relieve es Ricardo Micó. En el año 2000, la antigua calle Grito de Ascencio, solo por 160 metros, entre Zabaleta e Iguazú, pasó a llamarse Herminio Masantonio: es la primera calle de la Ciudad de Buenos Aires con el nombre de un futbolista. En Ensenada, en Villa Albino, también hay una calle con su nombre.
Tipo muy guapo, en el Sudamericano de 1934, se enfrentaban Argentina y Uruguay. El "Charrúa" Lorenzo Fernández, que también era guapo e intocable, se puso cara a cara con Herminio: este le dio un cross de derecha y lo puso nocaut, a otra cosa. El mismo Fernández, cuando Masantonio estaba grave en Buenos Aires, se vino del Uruguay para decirle, “Ñato, no aflojés ahora, vos que nunca aflojaste, no te achiqués ahora...”.
El gran Adolfo Pedernera dijo de él, "Fué un Robin Hood de la vida".
El poeta Francisco García Jiménez y el músico Miguel Padula, le hicieron un tango, "El Mortero del Globito": “Y grita la barra de Parque Patricios / Tirá Masantonio, Herminio, tirá/ y si tira Masantonio / no hay nada que hacerle ya está el gol...”, que grabó la Orquesta Típica Víctor, con la voz de Alberto Gómez.
Herminio Masantonio, un símbolo de Huracán. |