Ayer lunes, el presidente Macri y el dirigente del gremio Smata se mostraron juntos, inaugurando una clínica de maternidad en el barrio porteño de Mataderos. Mientras transcurría el acto el presidente fue abucheado cuando afirmaba que durante lo que va de su mandato "se crearon puestos de trabajo formal".
Ante esta increíble afirmación el público hizo sentir su rechazo gritándole "vendepatria" y "mentiroso" a Macri. La respuesta de Pignanelli fue levantar la mano para pedirle silencio a sus propios afiliados.
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Después de 17 meses de tregua de la dirigencia sindical al gobierno macrista mientras se perdieron cientos de miles de puestos de trabajo y el salario perdió poder de compra, los dirigentes gremiales le siguen dando muestras de apoyo al Gobierno del ajuste. Pignanelli no tiene problema de hacer callar a sus propios afiliados que no se creen el verso macrista de que "estamos mejor".
El caso específico del Smata es paradigmático, ya que la industria del automotor es una de las ramas que viene sufriendo despidos y suspensiones. Así ocurre en General Motors y Volskwagen.
Admeás Pignanelli viene de firmar acuerdos de convenios de trabajo que flexibilizan la fuerza laboral, como ya lo hizo la conducción de ese gremio en los ’90 y durante los años del kirchnerismo. | 
