Ni Una Menos: contra toda violencia a las mujeres
En el Hospital Posadas, ya desde la convocatoria al 19 de octubre del 2016, nos pusimos en marcha. Hemos sido parte del gran paro internacional por las mujeres, el 8 de marzo, exigiendo a las centrales parar por nuestras demandas. Crece la bronca por la falta de medidas urgentes frente a un femicidio cada 18 hs, que ni el gobierno nacional macrista, ni los gobiernos provinciales massistas y del PJ, les interesa tomar. Sólo se contentaron con sacarse una foto para hacer demagogia.
Siguen negando el acceso al aborto legal, seguro y gratuito, proyecto que bajo el gobierno de Cristina fue cajoneado 10 veces. Incluso Vidal ha obturado el protocolo del aborto no punible, mientras en los hospitales públicos crece la presión para criminalizar a las mujeres que llegan con riesgo de vida por un aborto clandestino, y 300 de ellas, mueren al año. Lejos estamos también del reparto masivo de métodos anticonceptivos en los hospitales. El 3 de junio, estaremos movilizándonos junto a Pan y Rosas en el FIT, por todas estas demandas.
La violencia a las mujeres, se agita desde los medios, recorre las calles, la familia, se mete en los lugares de trabajo, y por sobre todo cuenta con la complicidad y responsabilidad de la justicia y las fuerzas de seguridad, como vimos en el femicidio de Araceli Fulles, por lo que es necesario denunciar al estado como responsable. Mientras tanto, a las empresas mineras y sojeras las eximen de pagar impuestos. Con esa plata podríamos poner en pie refugios para mujeres que son víctimas de violencia, así como permitirles acceder a planes de vivienda y trabajo, con un salario igual a la canasta familiar, como plantea Myriam Bregman, porque nuestras vidas, valen mas que sus ganancias.
Dejar la vida en el trabajo, también es violencia
Mientras enfrentamos la violencia machista, también enfrentamos la degradación aún mayor de nuestras condiciones de vida. Actualmente ha crecido la bronca frente a la paritaria miserable de un 20% que UPCN cerró en tres cuotas. Además, han aceptado un premio estímulo por presentismo, que es un avance sobre las condiciones del propio convenio colectivo de trabajo, que le garantizan al macrismo. Implica reducción de los días por estudio, así como la imposibilidad de enfermarse para cobrarlo y renunciar a los francos. Sin hablar de productividad, que si en cualquier lugar de trabajo implica mayor explotación de nuestro trabajo, en la salud pública, significa avanzar deteriorar aún más la atención a los pacientes.
Esta propuesta descarnada, afecta de manera directa a las mujeres, quienes más faltan por enfermedad de hijos, o familiares a cargo. Es que en los lugares de trabajo, la discriminación a las mujeres, se expresa con salarios bajos y altísima precarización donde somos mayoría, el deterioro de nuestra salud que nos deja rotas, necesidad de hacer módulos para llegar a fin de mes, tener 2 o hasta 3 trabajos. La actual guardería del hospital no contiene a los hijos de todas las trabajadoras, menos aún en todos los turnos de trabajo, repercutiendo en el salario.
Muchas compañeras apenas duermen entre 3 y 5 horas por día, porque deben repartir su tiempo en sus tareas de la casa, como madres y en el trabajo. Se le suma el nuevo ataque en el turno noche, exigiéndoles que pasen de trabajar 10 hs a 12 hs, perdiendo en muchos casos otros trabajos. Nuestros cuerpos dicen basta. Nuestras vidas merecen el disfrute del tiempo libre.
La salud pública y nuestras vidas, valen más que sus ganancias
Hoy nos obligan con sueldos miserables a dejar la vida en el trabajo. Necesitamos trabajar 6 hs, con un salario igual a la canasta, y terminar con la desocupación como plantea la campaña que propone tomar Nicolas Del Caño desde el Frente de Izquierda, y financiarla con los impuestos que dejaron de cobrarle a las patronales agrarias y mineras. Pero desfinancian la salud pública, dejando a millones de personas sin cobertura médica en los hechos, hospitales sin insumos básicos, mientras crece la privatización en la salud pública y el lucro empresarial.
Ellos nos quieren imponer las necesidades de los empresarios, nosotras tenemos que tomar esta campaña en nuestras manos y empezar a organizarnos por nuestras demandas y mostrar una alternativa política propia, para gritar una y mil veces, que nuestras vidas valen más que sus ganancias. |