En los últimos días viene siendo noticia en todos los diarios las negociaciones entre distintos sectores del Poder Judicial y del Ejecutivo con la empresa brasilera Odebrecht, acerca de la causa abierta por coimas de (al menos) 35 millones de dólares. Es es la cifra que la empresa admite haber pagado en la Argentina durante varios años, para obtener beneficios alrededor de la obra pública.
En este escándalo podrían verse implicados tanto funcionarios del Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner como Julio de Vido, como del Gobierno actual. Dentro de estos uno de los más comprometidos es Gustavo Arribas, titular de la AFI, quien está señalado por el arrepentido Leonardo Meirelles. El brasilero afirma que Odebrecht le realizó transferencias por cientos de miles de dólares. Arribas fue sobreseído por el juez Canicoba Corral, aunque la causa continúa. Parece que hay "justicias" para todos.
En medio del escándalo que hace más de un año recorre Brasil alrededor de los casos de corrupción vinculados al poder político y donde esta misma empresa ha estado en el centro del escándalo, nadie quiere quedar pegado, menos cuando faltan pocos meses para las elecciones.
Por esto, ayer en una entrevista realizada en la Bolsa de Comercio, Macri arremetió contra Gils Carbó al afirmar querer “que se sepa toda la verdad”, por lo que “seguiremos presionando para que el manejo de la información no sea con la misma arbitrariedad que manejó la causa”. Acusó a la funcionaria de venir “utilizando ese enorme poder que le da la Procuración para tratar de amparar delitos que se cometieron en la época del kirchnerismo”.
También afirmó, en otro encuentro, que “el señor De Vido tiene demasiados amigos en la Justicia Federal, los miembros de la Justicia Federal tienen que saber que los argentinos queremos saber la verdad y si no vamos a buscar otros jueces que nos representen”. Curioso intento de independencia de los poderes, donde el mismo Presidente parece querer seguir designando a sus propios jueces, como ya lo había hecho un año atrás al intentar designar por decreto a los miembros de la Corte Suprema (de lo que tuvo que retroceder).
Habrá que ver aún hasta donde avanzará la causa Odebrecht y que nuevos nombres aparecen complicados en el listado. De lo que no quedan dudas es de que mientras todos quieren posar de abanderados de la justicia, mientras se lanzan acusaciones mutuas, vuelve a quedar en claro que la corrupción es inherente a este sistema capitalista, donde en el mismo lodo quedan todos revolcados. | 
