Sobre el escenario, Scioli estuvo acompañado por Granados, Berni, el presidente de la Cámara de Diputados de la Provincia Horacio González, Monseñor Aguer, el jefe de Gabinete del gobierno bonaerense Alberto Pérez junto a funcionarios bonaerenses, el Superintendente de la Policía Hugo Matzkin, intendentes de distintas fuerzas políticas como Jorge Macri del PRO (San Isidro) y Carlos Gorosito de la UCR (Saladillo), y legisladores provinciales. No estuvo el vicegobernador Gabriel Mariotto.
Durante el acto Scioli habló exultante de esta “jornada histórica”, refiriéndose a los 10.000 egresados de la Vucetich. Además repasó los resultados obtenidos en temas de Seguridad: 78 mil procedimientos realizados, al cumplirse seis meses de la declaración de la Emergencia en materia de seguridad. Aseguró que de los operativos, 12 mil fueron contra el narcotráfico, se secuestraron 38 mil vehículos y se destruyeron 34 mil armas; los homicidios en ocasión de robo y otros delitos se redujeron un 40% en todo el territorio y en el Conurbano. Scioli se “olvidó” de mencionar los casos de gatillo fácil, tampoco habló de los casos más resonantes en estos seis meses donde la Bonaerense fue imputada por ser parte de bandas que organizan el gran delito.
Asimismo el precandidato presidencial por el FpV repartió elogios, uno de los destinatarios: el secretario de Seguridad de la Nación, Sergio Berni. No sorprendió.
Últimamente Berni se muestra, en distintos actos, junto al precandidato Scioli, donde también intercambian halagos. Mientras circulan rumores que Berni se postularía a suceder a Scioli, el funcionario nacional prefiere mostrarse junto al titular de la ANSES Diego Bossio, que anunció que quería jugar en la carrera por la gobernación. Así es como Berni acompañó a Bossio en un acto que realizó recientemente el ANSES en la localidad de Zárate, donde otorgó nuevas jubilaciones.
El destino de los egresados
El gobernador Daniel Scioli se refirió al destino de los 10 mil nuevos policías que estarán en las calles. Dijo que se suman a tareas preventivas en el Conurbano e interior de la Provincia, en los Comandos de Prevención Comunitaria (CPC) y de Prevención Rural (CPR), y en el Operativo Sol. De esta nueva camada, 2.500 reforzarán los CPC con turnos permanentes de 12 horas; 600 más lo harán en el interior de la Provincia equipados con 300 camionetas 4 x 4; 1.800 oficiales estarán dispuestos en las comisarías y 5.100 efectivos serán destinados al Operativo Sol.
Scioli dijo, además, que la provincia contará con 1.500 nuevos patrulleros, equipados con alta tecnología, como monitoreo satelital, y anunció que en julio del próximo año “vamos camino a tener en acción a los 15 mil primeros efectivos de las policías locales financiados íntegramente con recursos de la Provincia”.
En semejante acto no podía faltar un representante de la Iglesia. Fue de la partida, el arzobispo de La Plata, monseñor Héctor Aguer, quien bendijo la ampliación del poder de fuego que a partir de ahora contará el gobierno de Scioli, las patronales rurales, que tendrán sus fuerzas especiales (CPR) y los intendentes del conurbano, para mantener la pobreza a raya, y usar esta renovada fuerza contra los jóvenes de los barrios populares.
Lo que no se dijo en la "Juan Vucetich”
De lo que no habló Scioli, cuando se refirió a los logros de estos últimos seis meses, cuando declaró la Emergencia en materia de seguridad, es que la "maldita policía" es la inseguridad. Datos, informes periodísticos y estadísticas no faltan. El gobernador ocultó que la Bonaerense, en el Destacamento de Lomas del Mirador, desaparecía a Luciano Arruga, a sus 16 años, detenido por la Policía del lugar en varias oportunidades para convencer al joven que delinca para ellos. Tampoco se refirió a la “la banda de los subcomisarios”, pertenecientes al mismo distrito que desaparecían a Arruga. En agosto de este año, se conoció que esta banda estaba integrada por cuatro subcomisarios, dos oficiales y un capitán, su "mettie": secuestros extorsivos y narcotráfico. Además están involucrados el ex jefe de la DDI de La Matanza, y el ex jefe de la Departamental de La Matanza, quienes hasta el momento no han sido imputados.
Los uniformados cuentan con respaldo político y suelen ser apañados cada vez que se conocen sus crímenes, así como sus negocios. Como ejemplo basta recordar que en octubre de este año, el ministro de Seguridad bonaerense Alejandro Granados, por decreto, publicado en el Boletín Oficial, “amnistió” a los policías exonerados de la fuerza para incorporarlos en sus funciones de “guardianes de la ley”.
Pero justamente, las fuerzas represivas del Estado están para garantizar el control social y criminalización la pobreza y mantener a raya a los trabajadores. Y así lo hacen. El último informe elaborado por la CORREPI da cuenta que desde 1983 hasta 2014 (sólo diez meses de este último año) se registraron 4278 muertes a manos de las fuerzas represivas. Del total, 46% fueron a causa del gatillo fácil y 39% fueron asesinados en las cárceles; 45% de estos casos se registraron en la provincia de Buenos Aires. Pero lamentablemente hay más ejemplos: la salvaje represión en el Parque Indoamericano terminó con la vida de tres personas que junto a sus familias ocupaban ese predio por falta de viviendas dignas; los responsables: la Federal y la Metropolitana, que hasta ahora siguen impunes; bajo los gobiernos de Néstor y Cristina asesinaron a 20 personas que se manifestaban en protestas sociales; la tenaz lucha de los trabajadores de Lear encontró como respuesta reiterada la represión de la Gendarmería.
Y la lista podría seguir. Pero esta demuestra que los Scioli, Berni y Granados comparten los mismos objetivos: garantizar la propiedad privada y los negocios capitalistas, por eso festejaron juntos el egreso de 10 mil nuevos agentes, junto a distintos intendentes de otras fuerzas políticas y los representantes de la Iglesia Católica, siempre presente a la hora de aplastar a los oprimidos y los explotados. La juventud, los sin techos, los sectores excluidos, así como los trabajadores, no tienen nada que festejar. Más policías en las calles, mayor inseguridad para el pueblo pobre y los trabajadores. |