Unos 47 millones de ciudadanos están habilitados para votar en las elecciones generales, que comenzaron este jueves, para elegir al Gobierno británico de los próximos cinco años y que se ocupará de negociar la salida de la Unión Europea (UE).
Las elecciones, que fueron adelantadas por la primera ministra de Reino Unido Theresa May, podrían dar una mayoría parlamentaria más amplia al oficialismo.
Actualmente el Partido Conservador tiene una mayoría de 12 diputados que le permite al gobierno pasar legislaciones sin oposición, pero si la misma se reduce el liderazgo de la primera ministra se vería fuertemente afectado.
El inesperado avance de los laboristas de Jeremy Corbyn en las encuestas hace que el desenlace de estas elecciones sea impredecible.
El último sondeo de la campaña, publicado por el diario "Evening Standard", otorga la victoria a los conservadores de May, con un 44 % del sufragio frente al 36 % de los laboristas, pero otra encuesta anterior de Survation predecía un resultado ajustado entre las dos primeras formaciones, con un 41,3 % para los "tories" y un 40,4 % para el Laborismo.
La ventaja que había alcanzado May en las encuestas, luego de una campaña tumultuosa parece evaporarse. Hasta esta semana, uno de cada cinco votantes se declaraba aún indeciso, después de casi dos meses de campaña, marcada por un abrupto giro en las últimas semanas por los atentados en Manchester y Londres.
El cierre de la campaña electoral se dio un fuerte giro a derecha producto de los atentados en Manchester y Londres.
La líder conservadora y primera ministra, May, defendió la necesidad de «hacer más para restringir la libertad y los movimientos de los sospechosos de terrorismo cuando haya suficientes evidencias para saber que representan una amenaza, pero no suficientes evidencias para procesarlos». "Si nuestras leyes de derechos humanos nos lo impiden, cambiaremos las leyes para poder hacerlo. Si soy elegida primera ministra el jueves, ese trabajo comenzará el viernes", indicó.
El discurso securitario también se hizo eco en las filas del laborismo en el último tramo de la campaña. Jeremy Corbyn, que frente al atentado de Manchester había declarado que los mismos eran producto de las políticas de injerencia de las potencias, luego del atentado en Londres cambió su discurso e hizo hincapié en los recortes hacia las fuerzas policiales y la necesidad de más efectivos para responder ante la amenaza de nuevos atentados.
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Los centros electorales abrieron a las 6 de la mañana en medio de fuertes medidas de seguridad en todo el país. La primera ministra May no habló con los medios mientras ella y su marido Philip votaron en la localidad de Sonning on the River Thames, en su distrito electoral de Maidenhead.
El líder del Partido Laborista, Jeremy Corbyn, mostró los pulgares hacia arriba a los periodistas y trabajadores del partido mientras votaba en Islington, al norte de Londres. "Estoy muy orgulloso de nuestra campaña", declaró.
Hasta las 21, hora local, permanecerán abiertos los centros de votación y los sondeos a boca de urna empezarán a publicarse a partir de esa hora. |