Fotos de corresponsal en Oaxaca
Este miércoles la Sección XXII del SNTE, dirigida por la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), inició una marcha conmemorativa del intento fallido de desalojo que fue realizado por el gobernador de Oaxaca de aquel entonces, Ulises Ruiz Ortiz, el 14 de junio de 2006, contra la resistencia magisterial y popular.
Son once años de que la Coordinadora de Mujeres Oaxaqueñas (COMO) realizara una de las experiencias contemporáneas de lucha más avanzadas encabezadas por mujeres, en el que tomaron los medios de comunicación y los pusieron a funcionar al servicio de la resistencia.
En la Ciudad de Oaxaca de Juárez los profesores de educación básica han salido a las calles a honrar aquella experiencia cuyas enseñanzas son más vigentes que nunca, ya que la auto organización y la discusión masiva son instrumentos para que los trabajadores logren imponer su demandas al Estado.
La presente movilización recuerda la gran experiencia que dejó la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO), que fue la expresión de la población que se rebeló contra el PRI en el gobierno del estado.
Las movilizaciones no se terminarán hoy, ya que después se realizará otra jornada de lucha, para exigir justicia por todos los asesinados por la Policía Federal en Nochixtlan en junio del año pasado durante la lucha magisterial contra la reforma educativa, que va contra los derechos de los trabajadores de la educación y avanza en la degradación de la educación pública.
En 2016, la Policía Federal irrumpió en el pueblo y asesinó a por lo menos una decena de personas y dejó más de cien heridos que, a un año del ataque, no han podido acceder a ningún tipo de reparación por parte de las autoridades, ni a nivel local ni a nivel federal.
El 17, 18 y 19 de junio se realizarán diversas actividades políticas, sindicales y culturales en Nochixtlán, en conjunto con las actividades proyectadas por el Comité de Víctimas.
Es necesario estar al pendiente de las acciones de la CNTE y de rodear de toda nuestra solidaridad a los profesores, que nuevamente hoy exigen justicia, respeto a sus conquistas laborales y una educación que atienda las necesidades de las hijas y los hijos de la clase trabajadora y los pueblos originarios.
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