El siniestro inició en la mañana de este miércoles en la casa de bombas de la refinería de Pemex “Antonio Dovalí Jaime” del puerto de Salina Cruz. Hasta ahora dejó un saldo de nueve personas lesionadas.
De acuerdo con el comunicado publicado por los directivos de Pemex, fueron un factor determinante las inundaciones ocasionadas por la tormenta Calvin en distintas áreas de la refinería. Esto produjo el desbordamiento de presas de residuos y el derramamiento de aceite, que cuando llegó al un punto de ignición generó el incendio.
Según las autoridades, se activó el Comité de Ayuda Mutua, donde participan instancias locales de Protección Civil, Seguridad Pública y contra incendios, así como funcionarios de la empresa.
A su vez, la Coordinación Estatal de Protección Civil dio a conocer que al menos 550 personas de las colonias López Ramos, Porfirio Díaz, Boca del Río, Hidalgo Oriente y Juquilita, que colindan con la refinería, fueron desalojadas. Trescientas fueron trasladadas al palacio municipal de Salina Cruz y otras 250 fueron ubicadas en el refugio de la Confederación de Trabajadores de México (CTM). Los pobladores reportaron que se expandió una ola de calor por todo el municipio como producto del siniestro.
Como sucedió ante la explosión de la planta Clorados III en el complejo Pajaritos, Veracruz, en 2016, ya las autoridades desplegaron militares, marinos y policías estatales para “resguardar” las instalaciones de la refinería -una de las 6 con las que cuenta Pemex-, localizada cerca de la costa del Pacífico, con capacidad para procesar 330 mil barriles por día.
Una función de la militarización: amedrentar para evitar que se exprese el descontento de la población ante los accidentes industriales. |