Ante investigación de Robert Mueller, fiscal especial, sobre si intentó obstruir investigación del “Rusiagate”, Trump repite que es "una caza de brujas”.
Trump atacó vía Twitter “Están presenciando la mayor caza de brujas en la historia política de América, dirigida por gente muy mala y conflictiva. Construyeron una falsa colusión con la historia rusa, no hallaron pruebas, y ahora buscan la obstrucción a la justicia con la historia falsa”.
Inicialmente, cuando la investigación de la trama rusa estaba bajo la órbita del FBI, todo se había limitado a indagar si el equipo electoral de Trump se coordinó con el gobierno de Putin en la campaña contra la candidata demócrata Hillary Clinton, cuando se hicieron públicos sus correos electrónicos con información clasificada. Según el exdirector del FBI, el presidente Trump, no se contemplaba para las indagaciones.
Al ser despedido Comey el 9 de mayo pasado, todo cambió. En primera instancia, desde la Casa Blanca se justificó la destitución por la “conducta errática” del ex director en el caso de los correos electrónicos de la entonces candidata a la presidencia por el partido demócrata. Luego, Trump en persona admitió en una entrevista que fue por “esa cosa rusa”, y más tarde, durante una reunió en la Casa Blanca con el ministro de Asuntos Exteriores ruso, reconoció que la destitución de Comey le “había quitado mucho peso de encima”.
Producto del despido de Comey, el fiscal especial, Robert Mueller, quien encabezó el FBI entre 2001 y 2013, ha vuelto la vista hacia Trump.
Apenas el pasado 8 de junio, el exdirector Comey declaró ante el Comité de Inteligencia del Senado. Denunció al presidente de “mentir y difamar”, de pretender darle órdenes para cerrar la investigación sobre el teniente general Michael Flynn –cuestionado por su relación con embajador ruso, Sergey Kislyak, us negocios como consultor de Seguridad con clientes rusos y como lobista para una compañía ligada al Gobierno turco-. Comey afirmó incluso que Trump le pidió favores a cambio de mantenerlo en su cargo.
El fiscal Mueller, amigo y mentor del exdirector del FBI, citó esta semana al director de Inteligencia Nacional, Daniel Coats, y al responsable de la Agencia
Nacional de Seguridad, el almirante Mike Rogers. Existe la suposición de que ambos recibieron instrucciones de Trump para presionar a Comey.
Esta investigación, dada a conocer por el Washington Post, se realiza en secreto e incluye la trama rusa. El fiscal Mueller tiene atribución para formular cargos. Su objetivo es determinar si en la conducta del presidente Trump hubo intención real de obstaculizar la investigación.
Según sus detractores, no hay caso dado que entre las atribuciones del poder ejecutivo en EE.UU. se cuenta el despido del director del FBI, y ahora sólo se trata de las declaraciones de Comey contra las de Trump, sin pruebas.
En este caso vuelve a abrirse el debate sobre cuáles son las atribuciones de una investigación sobre un presidente en funciones, incluso si se halla evidencia de un delito mayor. Aunque Mueller tiene cierto margen de “independencia”, actúa bajo la dirección del Departamento de Justicia, y de acuerdo con expertos, esta institución no puede presentar una acusación formal contra un presidente, pero sí tiene la facultad de entregar los resultados y evidencia de tal investigación al Congreso.
Y es el Congreso estadounidense la institución que tiene la atribución de decidir si se inicia un juicio político. Es así que algunos analistas consideran que al primar la mayoría republicana es un escenario poco probable. |