Nuestras condolencias están con los familiares y compañeros del joven, al tiempo que repudiamos la insensibilidad de los empresarios de Motomel.
Una empresa que acaba de aumentar los ritmos de trabajo de manera brutal, sobrecargando a obreros ultraprecarizados contratados por plazos de 30 días, y que claramente pone sus ganancias por encima de las vidas de los trabajadores. El objetivo del servicio médico, en lugar de preservar la salud del obrero, es enviarlos de vuelta a las líneas con leves paliativos.
Un ibuprofeno o un antigripal es toda la respuesta que ofrecen. Los trabajadores son considerados material descartable, se lesionan a los pocos años de laburo y terminan siendo despedidos por no cumplir con los ritmos extenuantes mientras lidian con tendinitis o hernias. Entran sanos, salen rotos.
Esta empresa, Motomel, cuenta con el apoyo del gobierno actual y de los anteriores. Tanto Cambiemos como el FpV-PJ defienden los intereses de estas patronales nacionales, con la colaboración de las burocracias sindicales como la UOM que no mueve un dedo por los obreros.
Son los diputados que se aumentan decenas de miles de pesos las dietas mientras la mitad de los trabajadores en Argentina cobran menos de $10.000. Son los funcionarios que cobran sueldos de gerentes de multinacionales, los que aplican el ajuste contra el pueblo trabajador. ¡Deberían cobrar lo mismo que un obrero calificado o que una maestra!.
Desde el Frente de Izquierda planteamos que la vida de los trabajadores vale más que las ganancias de los empresarios, sean éstos nacionales o extranjeros. Por eso planteamos la necesidad de reducir la jornada laboral a 6 horas, 5 días a la semana, para repartir la carga de trabajo entre todos los brazos disponibles, elevando el salario mínimo por encima de la canasta familiar, terminando así con la precarización laboral y atacando el desempleo. |