Desde el 2004 más de 13 mil efectivos militares han sido enviados hacia Haití como parte de la Minustah, junto a otros países como Estados Unidos y Francia.
La misión buscaba reestablecer el orden en la isla luego de la supuesta renuncia del presidente Aristide y la profunda crisis política y social que se vivía. Esta misión ha sido encabezada por el imperialismo norteamericano, quienes al mismo tiempo fueron promotores de la inestable situación haitiana, promoviendo diversos golpes de estado en el país para instalar gobiernos serviles a sus intereses.
La operación militar implico establecer la democracia mediante las armas, pero como era de esperar, la intervención estadounidense no tenía un objetivo de solidaridad internacional sino que justamente fue una invasión afín con sus intereses imperialistas. Partiendo por al “renuncia” de Aristide.
El ex embajador de Chile en Haití, Marcel Yung, denuncia que fue un secuestro del ejercito norteamaericano: “Cuando se produce el secuestro en el país, no había más de 500 policías en total, fue un abuso. Los militares estadounidenses le dijeron a Aristide que lo acusarían de narcotráfico; luego lo obligaron a firmar su renuncia y se lo llevaron en un avión a Jamaica para luego trasladarlo a África, sin posibilidad de hablar con nadie” Segú aseguró a Radio Universidad de Chile.
De la misma forma la operación era dirigida por EE.UU, eran ellos quienes formaban a la policía, designaban sus cargos, controlaban los aeropuertos e incluso a los cargos políticos.
En esta empresa imperialista, el gobierno y ejército chileno fue parte por 13 años, reafirmando al mismo tiempo su rol como país semicolonial. Más de 170 millones de dólares han sido gastados en esta invasión, mientras los políticos empresariales que avalan esta incursión militar nos niegan nuestros derechos por la supuesta falta de recursos. |