Un nuevo marco estratégico en la situación mundial
Estamos presenciando en el conjunto del continente los pasos iniciales de la clase obrera que muestran que avanzamos hacia una recomposición subjetiva importante luego de casi tres décadas de ofensiva y restauración burguesa que precarizó el empleo, aumentó y naturalizó la desocupación, la flexibilización laboral se convirtió en norma, y diversas conquistas que la clase obrera había obtenido luego de mucha lucha durante el siglo XX fueron arrebatadas por la voracidad patronal. El llamado neoliberalismo se consolido y se convirtió en la apuesta estratégica de la clase dominante latinoamericana.
Sin embargo, luego de la resistencia campesina e indígena durante los 90 y el surgimiento de los gobiernos llamados “pos neoliberales” como expresión distorsionada de enormes e impresionantes procesos de movilización de masas como el 2001 en Argentina, los levantamientos nacionales e insurreccionales en Bolivia y más al norte el surgimiento del correismo en Ecuador y el chavismo en Venezuela como resultado de la crisis de los regímenes políticos, vemos que hoy empieza a despuntar la clase obrera como un nuevo actor en el escenario político continental.
Esta emergencia es también el resultado de diversos fenómenos políticos y sociales que se fueron cocinando como resultado de la crisis económica iniciada el 2008 y que se prolonga de manera recesiva hasta nuestros días. Fenómenos como el de Trump en EEUU, el Brexit en Inglaterra o la emergencia de fenómenos de ultraderecha como en Grecia o Francia son expresión de que un nuevo ciclo de la lucha de clases a nivel mundial esta comenzando. Si durante la década pasada el proscenio de la acción de masas lo ocuparon los sectores populares, indígenas y campesinos, el nuevo ciclo de lucha de clases necesariamente contará con otros sujetos sociales y políticos y la preparación para ese momento ya empezó. La clase obrera internacional será uno de esos sujetos que ocupará un lugar destacado en este nuevo escenario y esto implica para los sectores avanzados de los trabajadores empezar a forjar las herramientas políticas que contribuyan a esta creciente presencia obrera, a sus luchas y sobre todo a visibilizar la fuerza y la potencia de los trabajadores a los más diversos sectores oprimidos y explotados de la sociedad como son las comunidades indígenas, el movimiento campesino, las mujeres y los sectores populares que no han encontrado solución ni respuesta a los graves problemas que han dejado casi 30 años de neoliberalismo y de “progresismo” mezquino.
Ante el neoreformismo continental, el FIT como única expresión obrera independiente
Estos nuevos escenarios que empiezan a despuntar en la realidad vienen por izquierda dando lugar a fenómenos reformistas que a diferencia de los viejos reformismos obreros, estos se nos presentan como “ciudadanos”, “indignados”, y tienen un carácter de clase media en su composición como PODEMOS en el Estado español o Syriza en Grecia que terminó siendo el garante del plan de ajuste de los banqueros europeos al pueblo griego. Emulando estas formaciones políticas transitorias, en nuestro sub continente tenemos los intentos de poner en pie el frente amplio en Chile, o un poco más conservador en Perú con el Frente Amplio (FA) de Verónica Mendoza o los intentos meramente electorales como el PSOL en Brasil. Todas estas expresiones se niegan a organizar a los trabajadores como fuerza clave para avanzar en la lucha contra el capitalismo semi colonial de la región y más bien apuestan a establecer algunas tímidas reformas desde la estructura actual de los regímenes políticos locales. Vemos por ejemplo como el PSOL en Brasil con la crisis institucional en marcha donde los golpistas se cuestionan entre si, a lo único que ha atinado es a convertirse en furgón de cola del PT con la consigna de “directas ya” sin cuestionar el conjunto del régimen político brasilero heredero de la constitución del año 64. Lo mismo podemos decir de FA en Perú, negándose a cuestionar toda la estructura semicolonial capitalista del Perú y cuyos diputados mas de “izquierda” solo atinan a sugerir el retorno a la constitución del 93 previa al golpe de Fujimori.
Ante este escenario, la única expresión de los trabajadores que lucha por un gobierno de los trabajadores y por el socialismo, que no reniega de la necesidad de plantear que la lucha contra el capitalismo solo puede ser una lucha revolucionaria y que para ese fin la organización de los trabajadores y la construcción de una poderosa alianza con los explotados y oprimidos del campo y la ciudad es fundamental, es el Frente de Izquierda y de los Trabajadores.
Dentro del FIT, desde el PTS -partido que aportará en los decisivos distritos electorales de Provincia de Bs. As. a Nicolás del Caño y en Ciudad Autónoma de Bs As a Myriam Bregman- han venido sosteniendo una campaña que busca impulsar la lucha por la reducción de la jornada laboral sin bajar el salario, no solo como un combate realista a la desocupación y subocupación que existe en Argentina o en cualquier país de la región, sino también con el objetivo de ir educando a millones de estudiantes y trabajadores en la necesidad de luchar por una sociedad sin clases y sin ninguna forma de explotación y opresión, es decir una sociedad socialista.
El PTS/FIT puede convertirse en un polo de referencia continental
Como señalamos líneas arriba, mientras en Argentina ha surgido un acuerdo electoral muy progresivo, que defiende y lucha por la independencia política de los trabajadores, en el resto de la región vemos que se vuelve a los intentos de tradición stalinista de impulsar frentes y acuerdos incluso con expresiones rancias de la burguesía nacional, como sucedió por ejemplo en la segunda vuelta de la elecciones ecuatorianas donde la Unión Popular impulsada por el PCMLE terminó llamando a votar por el banquero proimperialista Lasso quien fue el que dolarizó la moneda años atrás. En Bolivia luego de un fugaz intento de construir el PT (Partido de los Trabajadores) basado en los sindicatos, la burocracia sindical terminó saboteando el partido e iniciando una campaña de persecución a los trabajadores avanzados que habían puesto manos a la obra en esta expresión política independiente. En Brasil luego de un importante éxito electoral, la dirección del PSOL se orienta a repetir las expresiones neorreformistas de Grecia y el Estado español, desconfiando de la fuerza y de la potencialidad de la auto organización obrera independiente. En este sentido el FIT viene a demostrar que se puede tener éxitos electorales sustantivos sin necesidad de diluir las demandas, sin necesidad de guiñarle un ojo a los reyes y a los poderosos. El FIT viene a poner en evidencia que para conseguir votos no hace falta desentenderse de las luchas de los trabajadores, las mujeres y demás sectores oprimidos y de la necesidad de pelear por su organización y sembrar la confianza en las propias fuerzas movilizadas.
Como parte de estos avances el PTS puso en marcha un ambicioso proyecto editorial como es La Izquierda Diario, que hoy ya se ha convertido en una gran red internacionalista al servicio de la organización y lucha de los trabajadores en mas de 11 países y en 5 idiomas. A nivel regional hemos podido ver como cientos sino miles de trabajadores mineros en el Perú, se apropiaron de esta herramienta y la convirtieron en vehículo y en expresión de las últimas huelgas mineras que vienen sacudiendo al país vecino, lo mismo podemos decir de que cada vez más empiezan a llegar contribuciones desde el Ecuador, mostrando con ello no solo la importancia regional de lo que viene sucediendo en Argentina que empieza a ser tomado por aun pequeños sectores de vanguardia y trabajadores avanzados, sino también que empieza a haber cada vez más avidez ideológica y política en sectores de la juventud obrera y estudiantil, mostrando con ello que el camino hacia la recomposición subjetiva de la clase obrera está abierto. |