Esta semana se cumple un año del sacudón mundial que significó que resultado del referéndum del 23 de junio llamado por David Cameron, cuando la mayoría de los británicos votaron por la salida del Reino Unido de la Unión Europea. Y además, este lunes se inició la negociación formal entre las partes.
El secretario de Estado británico para la salida de Reino Unido de la Unión Europea, David Davis y el negociador jefe de la UE, Michel Barnier, se reúnen en la sede de la Comisión Europea en Bruselas desde este lunes para comenzar a discutir los términos del brexit, tarea que nos estarà exenta de tensiones y negociaciones duras.
David Davis aseguró que su país aspira a conseguir una asociación "fuerte y especial" con el bloque a pesar de las "difíciles" discusiones que hay por delante.
"Aunque sin duda tenemos tiempos muy difíciles por delante en las negociaciones, haremos todo lo que podamos para garantizar un acuerdo que vaya en el mejor interés de todos los ciudadanos", dijo Davis a su llegada a la primera ronda de negociación para la salida del país de la UE. El ministro británico agregó que su delegación empieza "las negociaciones con un tono positivo y constructivo", con la determinación de "construir una asociación fuerte y especial entre nosotros y nuestros aliados y amigos europeos en el futuro".
Antes del encuentro entre ambos, Davis agregó que "En tiempos difíciles como estos recordamos los valores y determinación que compartimos con nuestros aliados más cercanos en Europa. Es más lo que nos une que lo que nos divide", en un intento de bajarle el tono a la reunión.
Por su parte, el francés Michel Barnier afirmó: "Nuestro objetivo está claro. En primer lugar debemos abordar las incertidumbres causadas por el brexit. Primero para los ciudadanos, pero también para los beneficiarios de las políticas de la UE, y sobre el impacto en las fronteras, en particular en Irlanda", adelantando la dureza que marcará a la negociación con el Reino Unido.
El futuro incierto de los 3,2 millones de europeos que residen en suelo británico y el de los 1,2 millones de británicos en viven en otros países del bloque, será uno de los ejes centrales de la discusión.
Davis señaló que la mayor parte del tiempo de la reunión lo ocupó la cuestión de la frontera de Irlanda del Norte, que, dijo, debería ser "lo más invisible posible" para evitar que se ponga en peligro la estabilidad política en la región. Barnier señaló que la voluntad de la UE es también que "se cumpla absolutamente el acuerdo de Viernes Santo", si bien señaló que sí deberá existir una frontera con todas sus consecuencias para los servicios y mercancías, al quedar el Reino Unido fuera del mercado común.
Sobre los derechos de los ciudadanos, el portavoz del lado británico señaló que la primera ministra del Reino Unido presentará un "escrito de propuesta" en la cumbre comunitaria de jefes de Estado y Gobierno de este jueves y viernes, un documento que también trasladará al Parlamento británico.
Ambos insistieron igualmente en las dos etapas de negociación distintas que celebrarán, primero sobre el "divorcio" y después sobre la futura relación entre Bruselas y Londres, en la que, según Barnier, "el Reino Unido ya no tendrá los beneficios que tenía cuando era miembro de la Unión".
"El Reino Unido se va de la UE, no al revés. Es la realidad, y que cada uno asuma las responsabilidades, que son humanas, económicas, etc, y no hay que subestimar esas consecuencias", señaló por su parte el negociador jefe europeo, al ser preguntado por un periodista británico qué concesiones pensaba hacer Bruselas a Londres en las negociaciones. "No es que tenga que hacer concesiones, tampoco hay interés de revancha, añadió Barnier.
Sin embargo, ya se empezó a echar leña al fuego. La canciller alemana, Angela Merkel, abogó por que los países de la UE defiendan "muy claramente" y "de forma conjunta" sus "intereses" frente al Reino Unido en las negociaciones, adelantando que la UE no cederá un milímetro.
Merkel hizo estas declaraciones en la rueda de prensa que ofreció en la Cancillería junto al presidente rumano, Klaus Johannis, en el día en el que formalmente comenzaron las conversaciones entre representantes de Londres y Bruselas.
"Nosotros los 27 formularemos nuestros intereses muy claramente y, espero, de forma conjunta", aseguró la canciller. Y agregó que “Especular sobre el posible resultado de estas negociaciones sería prematuro".
Bruselas ha reiterado en varias ocasiones que su prioridad en la negociación será garantizar los derechos de los ciudadanos comunitarios que viven en Reino Unido, así como los de los británicos que residen en la UE, y cerrar un acuerdo financiero para que Londres honre los compromisos adquiridos como miembro.
El encuentro el inicio real de las negociaciones en un proceso oficialmente iniciado el pasado 29 de marzo con la activación del artículo 50 de los Tratados de la UE por parte de la primera ministra británica, Theresa May, fecha en la que se abrió un plazo de dos años para lograr un acuerdo.
En ese momento, May se refería a un “brexit duro”, desoyendo los reclamos de Irlanda del Norte y sus deseos de referéndum separatista, así como también la posibilidad de que el Reino Unido permanezca en el mercado común europeo.
Sin embargo, el golpe recibido en las elecciones legislativas puede significar un cambio de estrategia en la negociación. Está por verse. |