La miniserie de ocho capítulos La fragilidad de los cuerpos, guionada por Marcos Osorio Vidal y con la dirección de Miguel Cohan; es una producción de Pol-ka, TNT y Cablevisión que en el servicio “Flow” ya está disponible completa; y que, para los nostálgicos aún del formato televisivo nos espera una entrega semanal los miércoles a partir de las 22.30hs por las pantallas del canal trece o los jueves en el canal de cable.
Eva de Dominici y Germán Palacios encarnan los papeles principales, acompañados de un buen elenco que se completa con Juan Gil Navarro, Gustavo Garzón, Enrique Piñeyro, Marcelo Subiotto y Diego Faturos. También con las actuaciones de Balthazar Murillo y Santiago Saranite como Peque y Dientes.
La historia está basada en la novela de Sergio Olguín, del mismo nombre. Una novela negra, Verónica Rosenthal como su protagonista, una joven periodista, talentosa e independiente, que se encuentra en constante tensión con su familia, lo que se espera de ella y su ambición.
Un hombre entra a un edificio, sube a la terraza, se asoma por la cornisa, deja una nota, se pega un tiro y cae; comienza a llover. Desde ahí arranca la historia, el hombre es el trabajador Alfredo Carranza, un maniquista del ferrocarril Roca, que había atropellado a nueve personas. La nota decía: “Nadie tiene la culpa de esto, salvo yo. No lo soporto, yo los mate a los nueve. Pensé que podía vivir con eso, pensé que podía vivir con la muerte de los ocho primeros, pero con la del chiquito no, perdón a todos”.
A simple vista, es la noticia de un suicidio de un trabajador que no puede soportar su propia vida abrumado por la culpa. Pero cuando el cable llega a la redacción del diario “Nuestro Tiempo”, Verónica Rosenthal ve algo más que un hecho policial, iniciando una investigación para esclarecer los hechos que no parecen ser casuales. El lugar elegido para suicidarse, es la terraza donde Carranza iba dos veces por semana al psicólogo.
Con la investigación se va develando un entramado siniestro, plagado de corrupción y negociados. La empresa es responsable de esta muerte, que no es la única, como así también de la desidia a la que son sometidos los trabajadores.
Verónica, se contacta con la familia de Carranza y llega a su amigo Lucio Valrossa, otro maquinista con quién entablará una relación más que profesional y le irá develando algunos misterios, pero también sabe que le oculta información.
En este camino, aparece la burocracia sindical, que lejos de velar por los intereses de los ferroviarios muestra con su accionar a quienes realmente benefician. Encubriendo a la empresa ante la irresponsabilidad con la que tratan la integridad física y mental de sus trabajadores, con un tratamiento que evidentemente no alcanza para quienes están expuestos cotidianamente a experiencias traumáticas. Se ve una realidad que viven los trabajadores ferroviarios, la posibilidad de atropellar personas y la inevitabilidad de hacer algo, una muerte segura.
Por otro lado, hay un relato paralelo con unos chicos que van a la escuela y viven en una pensión en el sur de la ciudad de Buenos Aires; entre los trenes y la autopista, se encuentran al libre albedrío ya que sus mamas trabajan limpiando otras casas todo el día.
El Peque y Dientes buscan constantemente dinero, queriendo “salvarse” de esa realidad que les tocó, juegan al futbol, y lo hacen bastante bien. Es así que se cruzan con un entrenador, que con promesas falsas manipula a Peque, poniéndolo en peligro e involucrándolo con los accidentes de trenes que no parecen ser tan accidentales, conectándolos así con el misterio que investiga Verónica.
La miniserie desarrolla el encubrimiento y la miseria que soportan cientos de trabajadores y como los pibes de los barrios más humildes son víctimas de este sistema, develando una realidad de corrupción por detrás de una simple noticia sensacionalista, que supera la ficción.