Alemania le ganó a Australia por 3 a 2, pero terminó pidiendo la hora. Necesitará mucho más para clasificar primero de la zona B de la Copa Confederaciones y aún más si quiere ser campeón.
Después de ser campeón del mundo, medalla de plata en Río 2016 y semifinalista europeo, el recambio generacional en el seleccionado germano era necesario. Las grandes estrellas del Bayern Munich, Borussia Dortmund, Real Madrid, Juventus y Arsenal se están retirando. Jóvenes promesas que juegan en la liga local, así como en la francesa y la danesa, están dando que hablar y es necesario empezar a darle un rodaje en la mayor teutona.
Pero claro, Alemania se caracteriza en el fútbol de plantear proyectos a largo plazo que pueden tener quince años de duración. Por ende, se entiende que esta transición durará hasta el mundial de Rusia (donde los encuentre aceitados para defender el título) y estos jugadores serán parte del pilar deportivo que marcará a esta nueva generación por los próximos años.
En el medio la competencia internacional les impone una responsabilidad: ir a tierras eslavas a jugar el torneo que une a los campeones de los últimos años (a nivel continental y mundial) y a demostrar por qué esa camiseta blanca se alzó con la copa aquel 13 de julio del 2014 en el Maracaná (mismo escenario por el cual perdieron la presea dorada por penales, hace un año, ante el conjunto de Neymar).
Pero lo pasado ya no existe y enfrente tenían a Australia (que si bien geográficamente pertenece a Oceanía, desde el año 2006 es parte de la confederación asiática, logrando en el 2015 su primer título fuera de los campeonatos isleños) y sólo le basto cinco minutos para anotar el primer gol y darle seguridad a la nueva camada de jóvenes nacidos en la década de los 90.
El partido venía bien con control del equipo de Joachim Low y no había sobresaltos, al punto que los “Aussies” estaban resistiendo lo que podría ser una goleada histórica, pero el arquero alemán Leno cometería un error que pondría a los australianos de vuelta en juego con el 1 a 1 a cuatro minutos de terminar la primera parte. Es que en una jugada simple Rogic encontró a la defensa alemana distraída y después de dos tiros encontró el gol ante una débil estirada del uno contrario. De ahí en adelante Australia no bajaría su intensidad en el partido, lo que haría que los jóvenes alemanes sufran más de la cuenta en un encuentro que se posiciona como sencillo.
La alegría australiana duró poco ya que Goretzka tomó riendas del partido y con colaboraciones de Brandt ofrecieron algo distinto en el juego. Cuando se moría el primer Luongo generó el penal que Draxler (que había pasado sin pena ni gloria por el partido) transformó en el 2 a 1 parcial.
Luego del entretiempo, el tercer tanto de Goretzka parecía dar fin a la a la ofensiva del campeón de Asia pero nuevamente el arquero Leno le facilitó el tanto a los australianos ya que en una jugada polémica, el VAR no vio que un remate pegó en el brazo de Juric y en el rebote Leno rechazó corto una pelota sencilla y el propio Juric devolvió la ilusión a sus compañeros . El 2-3 hacía presagiar un final movidito para los de Löw.
De ahí que Alemania decidió echarse atrás, para enfriar el partido, pero terminó obligando a Australia a encontrar espacios a través de un talento que no tiene. Tanto es así que probaron en más de una oportunidad al joven arquero con la posibilidad de obtener uno o tres puntos en la tabla de posiciones y lograr una victoria histórica ante un campeón del mundo.
Al final no sucedió y los alemanes ganaron 3 a 2. Tienen mucho que corregir teniendo en cuenta que enfrente tendrán a los campeones de América (el jueves a las 15 h local) y que en semifinales tal vez se enfrenten a los campeones europeos comandados por Cristiano Ronaldo. Deberán cambiar las piezas e ideas si quieren dejar bien en alto el nombre de una selección que en los últimos años se ha cansado de ganar títulos y partidos importantes.