La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), viene impulsando desde comienzo de año la implementación de un pacto de congelación sobre la explotación de pozos petroleros, como medida para revertir la tendencia a la baja de los precios del petróleo desatada desde mediados de 2014.
Este pacto que estuvo colmado de negociaciones entre los países al interior de la OPEP, contando con la negativa de miembros como Irán e Irak, finalmente se llevó a la práctica. Al mismo adhirieron países no miembros de la OPEP como Rusia, aunados en el compromiso de reducir la producción global para lograr repuntar los precios de crudo.
Este martes fuentes cercanas a la entidad hicieron trascender que en el mes de mayo el cumplimiento del pacto petrolero alcanzó el 106 %, su nivel más alto desde el año pasado. Para los países miembros de la OPEP, donde se destaca Arabia Saudita, el cumplimiento en los recortes prometidos llegó al 108 %.
Los países petroleros habían acordado bajar su suministro en 1,8 millones de barriles de petróleo por día (bpd) a partir de enero. Una comisión técnica conjunta de productores de la OPEP y de fuera del cartel se reunió el martes para monitorizar el cumplimiento del pacto.
A fines de mayo, los grandes productores acordaron extender el acuerdo hasta marzo de 2018. A pesar de estas señales que confirman la permanencia del pacto, su efecto sobre la tendencia a la baja de los precios ha sido escaso. Esta situación pone de nuevo en cuestionamiento la eficacia de la medida para repuntar los precios del crudo, sobre todo cuando el principal productor de petróleo, Estados Unidos, no sólo no forma parte del acuerdo, sino que sostiene una política contraria.
A esto se suma que la producción de crudo de Nigeria y Libia -miembros de la OPEP exentos del acuerdo- está recuperándose, lo que aumenta los suministros. Algunos delegados de la OPEP están poniendo en duda que el acuerdo llegue a ser suficiente.
Los precios del petróleo se derrumbaron el martes, el Brent londinense bajó a un mínimo de siete meses cercano a los 45 dólares por barril por preocupaciones sobre un persistente exceso de oferta. Mientras el barril de WTI texano cayó un 2,58 % y se vendió a 43 dólares por barril.
La caída petrolera arrastro a las operaciones de Wall Street que finalizaron en rojo. El Promedio Industrial Dow Jones perdió 61,85 puntos, o un 0,29 %, a 21.467,14 puntos, y el índice S&P 500 cayó 16,43 puntos, o un 0,66 %, a 2.437,03 unidades. El índice Nasdaq Composite perdió 50,98 puntos, o un 0,82 %, a 6.188,03 unidades.
Bajo este escenario, los precios petroleros que están compuestos por un importante elemento especulativo, que permite no solo explicar su caída por los excesos en la oferta global; la poca efectividad del acuerdo petrolero presiona a la OPEP para la aplicación de medidas más eficaces.
Mientras en Estados Unidos bajo el trumpismo las petroleras tienen luz verde para aumentar su producción y contarán con beneficiosos incentivos fiscales. En América Latina la crisis de los precios del crudo sigue golpeando duramente a la economía venezolana, país hundido en una profunda depresión y crisis política y social. |