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La Izquierda Diario
22 de junio de 2017 Twitter Faceboock

Genocidio
Juicio a la CNU La Plata: “Papá les decía que no nos pegaran, que éramos criaturas”
Redacción

El hermano y la madre de Arturo “Patulo” Rave (joven asesinado en 1975 por la banda de la derecha peronista) testificaron en el juicio que se lleva a cabo en La Plata.

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Informe y fotos Mario Frías Casado

El miércoles, en los tribunales federales de La Plata, se realizó una nueva audiencia del juicio contra Carlos “El Indio” Castillo y Juan José “Pipi” Pomares, dos represores de la Concentración Nacional Universitaria (CNU), la banda de la derecha peronista que actuó en los años 70 (en colaboración con la Triple A) en ciudades importantes como La Plata, Mar del Plata y Bahía Blanca.

En esta nueva audiencia declararon desde Mar del Plata (por teleconferencia) la docente María Juana “Marucha” Rivas de Rave y Federico Rave. Ambos testimoniaron sobre los hechos ocurridos la noche del 23 de diciembre de 1975, donde parte de su familia fue secuestrada y asesinada por la CNU.

Los hechos relatados por ambos testigos refieren a lo ocurrido en la casa familia, ubicada entonces en la calle 8 al 500 de La Plata.

Marucha recordó que alrededor de las 23:30 de aquella noche recibió a su hijo Ricardo Arturo “Patulo” Rave, quien había ido a visitar a la familia para conversar sobre su plan de mudarse a Villa Gesell. Mientras hablaban, su marido Luis Homero y cuatro se sus hijos (Mariana, Federico, Verónica y Miguel) dormían. La familia se completaba con otros cuatro hijos, quienes ya no vivían en la casa (Luis militaba en el Peronismo de Base mientras que Gustavo, Marcelo y Guillermo lo hacían en Montoneros).

A Ricardo Arturo todo el mundo lo conocía como “Patulo” e integraba la Unión de Estudiantes Secundarios (UES) de La Plata. Entonces tenía 19 años. Esa noche estaba en la casa familiar para informar que “se iba a vivir a Villa Gesel, de donde era su novia María José Noriega y con la que se pensaba casar”, recordó Marucha en la audiencia.

Cerca de las 2 de la mañana la patota de la CNU irrumpió en la casa apoyada desde la calle por un operativo del que participaron el Ejército y la Policía Bonaerense. De ese operativo criminal hubo decenas de testigos, sobre todo vecinos del barrio que presenciaron con sorpresa y temos las operaciones represivas.

Federico Rave recordó lo mismo que su madre y agregó que la patota les dijo “nos llevamos a ese”, en referencia a Patulo, de quien dijeron “que se lo llevaban por haber estado en una reunión con el hermano”.

Tanto Marucha como Federico recordaron que la patota revolvió y rompió todo cuanto encontraba a su paso. “Condujeron a los varones a una habitación donde nos pegaban y en otra habitación mantenían a las mujeres boca abajo en la cama”, dijo Federico.

El hermano de Patulo agregó que los represores “entraron al cuarto del fondo, donde estábamos él, Miguel y yo. Nos llevaron a los empujones afuera, los muy cobardes, nos tiraron al piso y papá les decía que no nos pegaran, ’son criaturas’. Ahí es cuando le ordenan a Patulo vestirse y agarrar sus documentos. ’Te venís con nosotros’, le dijeron y luego de robar alguna pertenencias y dinero de mi papá de la mesa de luz, se fueron”.

Según reconstrucciones posteriores al hallazgo del cuerpo de Patulo, el joven fue golpeado con la brutalidad y el sadismo distintivos de la CNU, luego fue acribillado a balazos en un descampado perteneciente a Ferrocarriles Argentinos de la zona sur de La Plata y allí mismo, con alambres, su cuerpo fue colgado de un puente de hierro. Un empleado ferroviario lo encotraría durante el amancer del 24 de diciembre de 1975, en las vísperas de Navidad.

En aquel operativo, Castillo y Pomares, los dos juzgados en esta instancia (sesgada y limitada en cuanto a casos tratados y a asesinos sentados en el banquillo) cumplieron un rol protagónico.

Una vez más, los testimonios de sobrevivientes del accionar de la CNU y del Terrorismo de Estado demuestran que la banda parapolicial de la derecha peronista actuaba con total impunidad y al amparo de las fuerzas estatales.

Sun la audiencia de este miércoles nuevamente se vieron varios carteles entre el público presente repudiando a uno de los jueces del Tribunal, Alejandro Daniel Esmoris, por su reciente fallo que le otorgó el benficio del “2x1” a dos genocidas.

 
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