El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, afirmó este jueves que él no posee cintas ni grabó sus conversaciones con el exdirector del FBI, James Comey, pero matizó que no tiene "ni idea" de si existen grabaciones de esos encuentros.
"Con toda la vigilancia electrónica, interceptaciones, desenmascaramiento y filtración ilegal de información recientemente reportados, no tengo ni idea de si hay ’cintas’ o grabaciones de mis conversaciones con James Comey, pero yo no hice, y no tengo, ningún tipo de grabaciones", comentó Trump mediante su cuenta de Twitter.
Trump había deslizado la posibilidad de la existencia de grabaciones cuando, el 12 de mayo tres días después del despido de Comey, comento desde su Twitter una velada amenaza: "Más le vale que no haya ’cintas’ de nuestras conversaciones antes de que él empiece a filtrar a la prensa".
Comey también hizo referencia a posibles grabaciones durante su presentación ante una comisión del Senado. En ese momento dijo "Dios mío. Espero que haya cintas" que documenten sus intercambios con Trump, dejando entrever que el FBI y otras agencias de inteligencia graban las conversaciones, sin permiso, hasta del mismísimo presidente estadounidense.
Comey afirmó que tomó nota de las conversaciones que mantuvo con Trump mientras era el jefe del FBI y, durante el testimonio ante el Senado, declaró que el presidente lo presionó para "despejar” la investigación sobre la supuesta injerencia rusa en las elecciones presidenciales y los posibles contactos entre su campaña y el Kremlin.
La investigación sobre la supuesta injerencia rusa en las elecciones y la posible coordinación entre la campaña de Trump y el Kremlin está ahora en manos de un fiscal especial, el exdirector del FBI Robert Mueller.
Varios comités del Congreso estadounidense han solicitado que, si existen cintas o grabaciones de las conversaciones entre Trump y Comey, sean entregadas antes de este viernes, 23 de junio, para que puedan formar parte de la investigación sobre la trama rusa.
El RusiaGate, como se llama a la investigación por los supuestos nexos de Trump con el Kremlin, se ha transformado en un problema que persigue al actual presidente y provoco varios problemas con la bancada republicana del Congreso.
Los Demócratas han buscado sacar provecho de estas investigaciones, incluso utilizando las declaraciones del ex director del FBI, Comey, que fue blanco de las críticas del partido cuando anuncio pocos días antes de las elecciones presidenciales, que había reanudado una investigación federal sobre contra Hillary Clinton. De duros críticos del ex Director del FBI, ahora los Demócratas ven la investigación sobre la injerencia rusa, como una forma de crearle más problemas a Trump. | 
