Hoy en los tribunales penales de Quilmes se realizó una audiencia indagatoria a la agente de la policía bonaerense Elida Marina Guaquinchay Bogado, imputada por el delito de “omisión de evitar tormentos” en la ya conocida Masacre de la Comisaría Primera de Quilmes ocurrida en octubre de 2004.
El nombre de Guaquinchay , que a pesar de cargar con esta imputación sigue revistando en la fuerza en el partido bonaerense de Lomas de Zamora, surgió recién en el juicio ya que varios sobrevivientes habían señalado la presencia de” una policía embarazada en el cordón de uniformados que golpeó con palos a los jóvenes que salían agonizando del calabozo”, pero el silencio cómplice de la Bonaerense y la justicia habían evitado que se la identificara.
Fue por eso que se inició una nueva causa, en este caso contra Guaquinchay, que es seguida por el Juz Goldberg y la fiscal Gallo, que tuvo hoy su primera audiencia.
Mientras se llevaba adelante la indagatoria, las Madres de la Masacre de la Comisaría Primera realizaron una radio abierta y un acto en la entrada de los tribunales penales de Quilmes de la que participamos con otros familiares de víctimas como Eugenia Viera, el Centro de Profesionales por los Derechos Humanos y varios familiares y amigos. En la actividad denunciamos la impunidad de los policías asesinos, así como la necesidad de redoblar la lucha contra la criminalización y la represión contra la juventud y los trabajadores que recrudeció en los últimos días con las razzias llevadas adelante en distintos puntos de la provincia.
La Masacre ocurrió entre la tarde y la noche del 20 de octubre de 2004. Diego de 17 años, Elías de 15, Miguel de 17 y Manuel de la misma edad fueron torturados y luego quemados hasta la muerte en la Comisaria 1° de Quilmes. Otros chicos pudieron sobrevivir. Luego de una incansable pelea de las madres junto a familiares, amigos, otras víctimas y organismos de derechos humanos se logró que los 10 policías implicados fueran condenados en el 2015, 4 de ellos con prisión efectiva. Pero la Sala 2 de la Cámara de Apelaciones de Quilmes, compuesta por los jueces Falcón, Rousseau y Patanella, ordenó en una decisión escandalosa que los cuatro policías que habían recibido penas de prisión efectiva en cárcel común pasen a un régimen de detención domiciliaria con monitorio electrónico. El 10 de agosto próximo se llevará adelante una audiencia en la Cámara de Casación de La Plata en la cual se reiterará el reclamo de cárcel común y efectiva para los policías. |