El Tribunal en lo Criminal 1 fue terminante. En un juicio abreviado, condenó a Jonathan Matías Garro a tres años de cárcel de cumplimiento efectivo. ¿El delito? Garro, junto a otras dos personas, abordó a un hombre en una formación del FFCC Belgrano Norte y le dijo “dame la plata, tengo un arma, si querés te la muestro”. El hombre le entregó 20 pesos. Según se conoció en el juicio, como Garro no estaba satisfecho, le dio 10 pesos más. Además, antes de irse, el joven le ofreció venderle un celular Nokia pero “sin batería” y “en malas condiciones”.
Al bajar del tren Garro y sus dos compinches fueron detenidos. Se les secuestró el botín.
El tribunal que juzgó a Jonathan Garro consideró que el robo tenía un importante agravante, ya que fue realizado “en poblado y en banda”. Como además tenía otra condena por un hecho similar cometido en 2015, le unificó la condena en siete años y cuatro meses de cárcel.
Los jueces tuvieron una consideración: el celular secuestrado estaba en tan mal estado que decidieron devolvérselo, pero lo intimaron para que acredite ser el dueño del mismo. Si no, se procederá a su destrucción. No queda claro para que podría utilizarlo Garro en sus próximos 7 años de estadía en la cárcel.
A pocas semanas del intento de la Corte Suprema de aplicar el “2x1” para liberar genocidas, el sistema judicial muestra toda su dureza ante casos como los de Garro. Para castigar casos como este, el gobierno de María Eugenia Vidal anunció que destinará $ 500 millones a la construcción y ampliación de nuevas cárceles.
Mientras tanto, familiares de personas privadas de su libertad y organizaciones de derechos humanos denuncian el estado de las cárceles y la reforma de la Ley 24.660 de Ejecución Penal. |