El empate 1 a 1 ante Lanús le quitó la posibilidad de entrar a la Copa Libertadores 2018. Tuvo varias chances pero el arquero granate Andrada fue figura.
Otro año más de espera. Parece que para Independiente, el máximo ganador de la Copa Libertadores, se le vuelve a esfumar la chance de jugar su torneo favorito. Esa copa que lo tiene de protagonista, aunque en las últimas décadas la mira con “la ñata contra el vidrio” en las vitrinas del club pero no logra jugarla.
Algunas posibilidades quedan, algo remotas todavía. El Rojo podría entrar ganando la Copa Argentina o la Copa Sudamericana; y algunas otras combinaciones de resultados, por ejemplo que River gane la actual edición de la Libertadores. Pero fue anoche cuando Independiente se veía jugando la Libertadores, pero le cerraron la puerta en la cara y se quedó en el palier.
Es incorrecto que San Lorenzo e Independiente NO van a jugar la Libertadores 2018. Resta definir un cupo y pueden ingresar por otras vías pic.twitter.com/tGYFHXjYfK
En Avellaneda, Independiente empató 1 a 1 con el Lanús de Jorge Almirón y no le alcanzó. Aunque hizo de todo para llevarse el resultado, que no se dio por falta de suerte y por la gran actuación de Andrada, el arquero de Lanús.
El primer tiempo empezó complicado para Independiente: se encontró con un Lanús decidido a tomar la iniciativa, que controlaba la pelota y la circulaba con mejor criterio. Los primeros 20 minutos se jugaron casi todos en campo del local, que estaba impreciso y nervioso sin la pelota. El Granate tuvo algunas aproximaciones, casi siempre de mano de los desbordes de Lautaro Acosta que estaba imparable. La más clara, un centro del "Laucha" que Sand conectó de cabeza muy incómodo de frente al arco, mandando la pelota muy arriba.
Pero llegando a los 30, el local se fue arrimando con un centro raso de Tagliafico por izquierda, que Rigoni (muy tapado) remató desviado. Y al rato concretó la ventaja, producto de la presión que comenzó a ejercer Independiente para dejar a Lanús sin la iniciativa. De una salida defectuosa del visitante llegó un pelotazo que Albertengo bajó de cabeza hacia atrá y que conectó Rigoni desde la medialuna del área, clavando un golazo para poner en ventaja a los de Holan.
A partir del gol empezó a cambiar el partido, el Rojo ganó en seguridad y pasó a manejar los tiempos del encuentro. Hasta pudo estirar la ventaja.
El segundo tiempo transcurría de la misma forma: Independiente metiéndole presión a Lanús para impedirle entrar en su juego de posesión de pelota. Pero una equivocación del pibe Franco a los 14 minutos, que entregó mal en la salida regalándole una contra a Silva, que la jugó para Sand. El remate del “Pepe” se estrelló contra el palo, pero Aguirre tomó el rebote y estampó el empate.
Independiente siguió buscando y estuvo varias veces cerca: un cabezazo de Albertengo atrapado por Andrada, un remate débil de Ervitti que salvó en la línea un zaguero granate, entre varias oportunidades. La más clara fue el penal, tras infracción a Rigoni entrando al área, que ejecutó el pibe Barco: un remate con poca potencia que el arquero -claramente adelantado- pudo contener.
Independiente puso todo lo pudo, que fue bastante; pero se fue sin nada. Queda como el mejor clasificado para la Sudamericana. Apenas un premio consuelo para lo que verdaderamente quería su público, que agradeció la entrega y la recuperación de identidad que logró este equipo con aplausos, pese a todo.