La empresa es una trasnacional que posee más de 120 plantas en el mundo y es proveedor de todas las automotrices locales. La firma ya le comunicó a las automotrices la rescisión de los contratos que tenían en algunos casos hasta el año próximo pero el cierre definitivo de la planta se haría efectivo en los próximos días.
Su accionar es impunemente explicado por los directivos debido a una supuesta "falta de competitividad de la plaza local y el alto costo de mantener la empresa en funcionamiento". No hay una crisis que sustente su cierre, sino una negativa a ceder ni un centavo de sus ganancias, en tanto el grupo transacional y diversificado cuenta con un amplio respaldo financiero.
Apoyado en el retroceso que atraviesa el sector automotriz en la región, que ya lleva al menos tres años, las firmas automotrices y autopartistas han desplegado una estrategia de realizar despidos y suspensiones, para presionar al mismo tiempo con la elevación de los ritmos de productividad.
Sin embargo, estimaciones propias permiten concluir que las empresas no redujeron sus ganancias en el 2016, sino que se incrementaron respecto de 2015.
En 2016 las ganancias del sector fueron de $ 13.719 millones, implicando un aumento de 78 % en relación a 2015. Sin embargo, aún no alcanzan a recuperar los niveles de 2010 cuando prácticamente obtuvieron $ 1 de ganancia por cada peso pagado de salario.
Estos números comprenden a toda la industria, incluyendo al entramado de autopartistas- tanto globales como pymes- que proveen a las terminales, y significan mayores niveles de apropiación de ganancias en el caso de las empresas más concentradas.
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El incremento de las importaciones, especialmente desde el país vecino Brasil, es una de las quejas de las compañías hacia el Gobierno nacional, afirmando que la Ley de Autopartes no significó una mayor integración de los modelos de autos de producción local.
Según un informe reciente de la Asociación de Fábricas Argentinas de Componentes (AFAC) mientras que en el primer trimestre del año la producción nacional de vehículos disminuyó 7,4 %, las compras de autopartes al exterior se incrementaron 3 % en términos interanuales. Las autopartistas cerraron 2016 con una caída en las ventas superior al 10 % y grandes firmas del sector iniciaron el año con suspensiones e incluso despidos y cierres, para descargar la crisis sobre los trabajadores, considerados una mera "variable de ajuste".
El Sindicato de Obreros y Empleados del Caucho y Afines firmó con la empresa Hutchinson, un acuerdo marco para desvincular a los 390 empleados. En el convenio, se indica que la compañía se excusó en que persiste y se agrava "la difícil situación productiva y financiera", que genera una "notoria e insanable disminución del trabajo en el establecimiento productivo".
La empresa intentará realizar indemnizaciones millonarias para evitar la organización de los despedidos, mientras que la dirigencia del sindicato negoció la "paz social".
Así, el acuerdo incluye una cláusula que indica que "hasta el efectivo cierre del establecimiento de la empresa, la representación sindical se compromete a mantener la paz social en el mismo, evitando realizar cualquier tipo de medida de acción directa que atente contra su normal funcionamiento".
Es necesario y urgente rechazar el cierre de plantas, los despidos y suspensiones y declarar en forma urgente una ley de emergencia anti-despidos, mientras que toda fábrica que cierre sea estatizada bajo control de sus trabajadores, en defensa de sus puestos de trabajo. Estas medidas deben ser acompañadas con un plan de lucha y paro nacional convocado por las centrales sindicales, poniendo fin a la tregua con el Gobierno.
Para acabar definitivamente con la desocupación, una propuesta integral del Frente de Izquierda es el reparto de horas de trabajo junto con una reducción de la jornada laboral de 6 horas, 5 días a la semana, sin afectar los salarios iguales a la canasta familiar, la que deberá ser conquistada mediante la lucha y la organización de los propios trabajadores. |