Ni una menos sin trabajo
El feriado del 20 de junio, con un cartel pegado en la puerta de la fábrica, la multinacional PepsiCo Snacks nos informó que nuestras 600 familias quedarían en la calle. Dicen que tienen crisis, pero las trabajadoras sabemos mejor que nadie que eso no es verdad. Por eso este lunes, en resguardo de nuestros puestos de trabajo, volvimos a entrar a la empresa, y hoy estamos exigiendo que no haya #NiUnaMenos sin trabajo y decimos bien fuerte, junto a nuestros compañeros: ¡familias en la calle nunca más!
Muchas de nosotras, cuando entramos en PepsiCo, trabajábamos 16 horas para poder quedar efectivas, con ritmos agotadores y sin más derecho que a media hora para comer y casi cinco minutos para ir al baño. Si te quedabas embarazada, tenías que trabajar como cualquier otra compañera, con turnos rotativos y con los mismos ritmos, haciendo siempre el mismo trabajo para no quedar sin empleo. Años en el mismo puesto, siendo la extensión humana de esas máquinas que te tiraban paquetes a morir para que empaquemos en las cajas, todos los días el mismo trabajo que iba dañando nuestros cuerpos.
Teníamos los peores salarios, pero nunca podíamos acceder a mejores categorías, ya que nuestro convenio no lo permitía. Si ya no podíamos estar en las líneas de producción, porque nos dolían los brazos o la espalda, nos echaban. No sabíamos ni siquiera que teníamos ART. Y si estábamos descompuestas e íbamos al departamento médico, éramos tratadas como mentirosas, acusadas de “vagas”, de no querer trabajar, y entonces nos medicaban con cualquier cosa y otra vez a la línea de empaque.
El maltrato, la bronca y el dolor nos enseñaron a pelear, a organizarnos. En todos estos años, luchamos por acceder a tareas que solo estaban asignadas a nuestros compañeros varones, mejoramos nuestras categorías, pasamos por encima del convenio, conquistamos la licencia para las compañeras embarazadas, mejoramos nuestros tiempos de descanso, y las compañeras con lesiones comenzaron a acceder a otras tareas y a reclamar por las enfermedades laborales, defendiendo el derecho de todas a no ser despedidas cuando ya no nos consideraban útiles. Con esa misma fuerza, luchamos por la efectivización de todas las compañeras y los compañeros contratados, por terminar con la tercerización y por el pase a planta permanente.
Y porque sabemos que por ser mujeres recibimos los peores tratos, nos organizamos dentro de la fábrica, y cada 8 de marzo, y luego también cada 3 de junio, por NI UNA MENOS, nos ganamos el derecho a impulsar jornadas de reconocimiento y por la defensa por nuestros derechos como trabajadoras, y sostenemos estas actividades con nuestros compañeros, contra la multinacional que siempre intentó sacarnos.
Hemos avanzado en la unidad entre las trabajadoras y los trabajadores porque entendemos que nuestro enemigo es esta patronal que ha demostrado con un cartel en la puerta que a la hora de tratarnos como despojo no hace ninguna diferencia. Nosotras decidimos, nos organizamos, hacemos asambleas, votamos y luchamos con nuestros compañeros: ni atrás ni adelante, sino al lado y con paso firme por nuestros derechos.
Hoy la multinacional PepsiCo pretende pisotear nuestras conquistas y dejarnos en la calle. Cuenta con el apoyo de la burocracia sindical de Daer y el ministro de Trabajo Triaca en representación de este Gobierno. Esa es la forma verdaderamente violenta con la que nos tratan las patronales, la burocracia sindical y la política de estos CEO que gobiernan para los ricos, a la que nos quieren someter día a día a las mujeres trabajadoras y a nuestras familias. Quieren que dejemos nuestras vidas en las fábricas, precarizándonos, discriminando y, cuando ya no les servimos, dejándonos en la calle, como si fuéramos cosas, material descartable.
Pero somos mujeres trabajadoras que entendemos que la violencia no solo puede ser doméstica, sino que también proviene de los lugares de trabajo, de los que dicen representarnos y de los Gobiernos que defienden sus propios intereses, tratando de someter a miles de familias a la peor de las humillaciones, a las peores condiciones de vida. ¡Y no lo vamos a permitir!
Porque no estamos solas, porque sabemos que somos muchas más las miles que atraviesan la misma situación, y porque no queremos más familias en la calle, hoy más que nunca redoblamos nuestras fuerzas para salir a pelear por nuestro derecho más elemental. Necesitamos del apoyo de todas, necesitamos que la voz de nuestras seiscientas familias se haga escuchar. Por nosotras, por todas.
Por eso llamamos a difundir el apoyo a trabajadores y trabajadoras de PepsiCo; a colaborar con el aporte a nuestro fondo de lucha, para que todas podamos sostenerla; y a acercarse al acampe que mantenemos en la puerta de la fábrica, donde permanecemos en resguardo de nuestros puestos de trabajo.
Trabajadoras de PepsiCo Snacks en defensa de nuestros trabajo, nuestras familias
Facebook: Trabajadorxs de PepsiCo en Lucha por la Reapertura
Contacto:
Catalina Balaguer (011) 15 6236 4717 |