El sábado por la noche se dieron a conocer completas, todas las listas para las próximas elecciones. El oficialismo de Cambiemos decidió que encabece, en la categoría de senadores y para enfrentar a Cristina Fernandez de Kirchner, alguien muy conocido por los docentes de Capital Federal y de la provincia de Buenos Aires: el ministro de educación Esteban Bullrich.
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En esta misma lista, donde confluyen el PRO, el Radicalismo, La coalición Cívica y el partido FE, va a estar Josefina Mendoza, presidenta de la Federación Universitaria Argentina (FUA) y militante de la Franja Morada, como décima candidata a diputada nacional.
Ese cargo, el de la presidencia de la FUA, lo lograron a partir de votos de los delegados de la Franja Morada y también de distintas variantes del radicalismo. Por ejemplo Nuevo Espacio, organización radical y ligada al macrismo que dirige los centros de estudiantes de las facultades de Ciencias Económicas y Medicina en la UBA.
Las mentiras de la Franja tienen patas cortas
Hasta el momento, la Franja Morada no publicó nada acerca de su pertenencia a Cambiemos a nivel nacional. Mientras habla públicamente de “defender la educación pública” o “apoyar a los docentes”, por detrás se esconden sus negocios y alianzas con funcionarios, rectores y sobre todo con el macrismo. Tiene que esconder abajo de la alfombra estos vínculos con enemigos declarados de la educación pública para sostener algún tipo de legitimidad en los centros de estudiantes que dirige. Pero un cargo de funcionario vale mucho más. Es por eso mismo que dan el presente en las listas de Cambiemos.
¿Cómo se explica que luego de haber asistido a la marcha educativa del 12 de mayo formen parte de una lista encabezada por el ministro de educación Esteban Bullrich? Un ministro que se declaró a favor de la represión a los docentes y la educación religiosa en los colegios.
La defensa de la educación pública y los candidatos de los empresarios
El Macrismo tiene severas dificultades para lograr hacer pie en la juventud. No tiene nada para ofrecerle. Los shows de precarización de la #ExpoJoven, las pésimas condiciones en las que se encuentran la mayoría de las escuelas públicas y los recortes a la educación universitaria explican eso.
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La Franja Morada necesita esconder su identidad política y sus negocios fraudulentos. Para ello tiene el apoyo del Macrismo y la UCR a nivel nacional y de un enorme cúmulo de funcionarios universitarios que responden a diferentes variantes del radicalismo, el peronismo y el PRO en centros de estudios como la Universidad de Buenos Aires. El escándalo del hospital de Clínicas, donde Emiliano Yacobitti es secretario de hacienda, es parte de esos acuerdos, ya que es desde esa secretaría desde donde hubo un cuestionamiento a partir del desvío de fondos del hospital que fueron a parar a la campaña de Martin Losteau en 2015.
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Sin embargo, no es la Franja Morada la única que va a atrás de candidatos impresentables para hablar de la educación pública. El kirchnerismo-PJ tuvo que hacer malabares en la universidad para defender a su candidato Daniel Scioli en 2015, quien además de ajustar los salarios docentes en la provincia de Buenos Aires propuso como ministro de educación a Alberto Barbieri, rector de la UBA, aliado de la Franja Morada e impulsor del financiamiento por recursos propios (negocios con empresas privadas) en las facultades.
Los intereses de estos partidos están en función de un sistema educativo que busca reproducir las ganancias millonarias de una minoría de parásitos, a través de trabajos precarios y pasantías gratuitas para los miles de jóvenes que estudian. No existe, para ellos, el interés de conocer las problemáticas en la educación pública. Menos de defender las luchas en este sector, tal como lo manifestara en un sincericidio Josefina Mendoza en las redes sociales.
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La educación es un punto de debate que siempre aparece en las campañas electorales como "preocupación", mientras que los que gobiernan universidades, provincias y la nación mantienen presupuestos miserables y una educación al servicio de los empresarios. El Frente de Izquierda es la única lista que pelea por la educación pública todos los días y no sólo en momentos de discursos electorales. Compañeras diputadas del FIT como Nathalia Gonzales Seligra del SUTEBA La Matanza son una muestra de ello, llevando la lucha de los docentes al congreso nacional. Decenas de jóvenes, referentes de centros de estudiantes combativos como el CEFYL y el CEUNGS y de distintas facultades formarán parte de las listas del FIT en estas elecciones para plantear una defensa integral de la educación pública y un enfrentamiento a los ataques del macrismo.
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